La necesidad detectada por la Cámara de Comercio de Briviesca de poner en contacto a emprendedores con empresarios propietarios de negocios viables en funcionamiento abocados al cierre por falta de relevo generacional ha propiciado la puesta en marcha de un novedoso programa de sucesión empresarial, con el que busca fomentar e impulsar la cultura emprendedora, para que montar un negocio, pero sobre todo traspasarlo, no se convierta en una carrera de obstáculos.
Desde la entidad burebana se han propuesto que ningún local «desaparezca» mientras haya personas dispuestas a mantenerlo vivo, ni que los posibles proyectos a desarrollar en la zona se queden en el cajón por falta de información, asesoramiento, tramitación o exceso de burocracia. Para ello, la Cámara ha creado un inventario de comercios «factibles y susceptibles de ser transmisibles», al que los emprendedores interesados pueden adherirse, y cuenta con el punto de atención a emprendedores.
Los comerciantes de toda la vida van cumpliendo años y en la actualidad existen siete negocios que buscan o buscarán a medio plazo relevo para su actividad al tratarse de próximas jubilaciones. Todos ellos han mostrado interés por el servicio y defienden que sus empresas «funcionan bien». En el listado se encuentran los propietarios de la Mercería Dory, Dory Ruiz, de Tecnoelectric, Luis San Pedro, y de Gerbursa, Antonio Gallego, que con más de cuatro décadas de experiencia en el sector de las ventas y suministros, aspiran a encontrar al mejor de los candidatos para que su memoria siga muy presente.
Dory Ruiz. - Foto: S.F.L.Dory Ruiz, Mercería Dory
«Enseñaré a los futuros vendedores todo lo que he aprendido en 40 años»
Varios carteles fluorescentes de 'liquidación por jubilación' invaden la puerta y las grandes cristaleras de la Mercería Dory. Los clientes más fieles -y los que no- aprovechan las gangas que la propietaria ofrece antes de cerrar definitivamente la persiana a uno de los establecimientos más reconocidos de Briviesca.
Con casi 40 años a sus espaldas frente a la gestión de un negocio que «siempre ha ido muy bien, a pesar de la competencia», llega la hora de pensar en los viajes que Dory Ruiz disfrutará junto a su marido a partir de octubre. Ya se ha inscrito en el Club de los 60 y pretende seguir los mismos pasos con las actividades de ocio municipales.
Luis San Pedro. - Foto: S.F.L.También fantasea con el tiempo libre del que dispondrá para visitar a sus hijos en Burgos y cuidar de sus nietos sin depender del horario comercial. «Así las penas se llevan de otra manera», declara.
La de Berzosa, que estudió Administración en Bilbao y regresó a la Bureba por amor, siente un profundo vacío al pensar que más pronto que tarde acabará una de las mejores etapas de su vida. El trato tan directo con la gente o las largas conversaciones con los compradores pasarán a un segundo plano. Su ilusión es que las puertas de su tienda permanezcan abiertas, pero para ello necesita encontrar a alguien con ganas de 'mimar' el servicio.
Luis San Pedro, Tecnoelectric
Antonio Gallego. - Foto: S.F.L.«Este negocio se centra en la electrónica e implica saber un poco de todo»
Este madrileño sin ninguna vinculación con la capital burebana acabó apostando por el tirón industrial de la localidad y abrir Tecnoelectric hace ya 26 años. Cansado de los viajes de empresa que durante tantos días le mantenían alejado de su mujer y sus hijas, lo dejó todo para mudarse e incorporarse a la plantilla de Repostería Martínez en la década de los 90, en búsqueda de «más calidad de vida». Allí trabajó durante unos años hasta que arriesgó y ganó aquello por lo que tanto había luchado.
Luis San Pedro constituyó su propia empresa y gracias a su formación académica en electricidad y electrónica industrial consiguió una amplia cartera de clientes a los que desde el principio ofreció los servicios «más actualizados» también en el sector de la informática o la automatización industrial. A sus 68 años y con 48 cotizados, busca sustitutos con las capacidades suficientes para dirigir un negocio que implica «saber un poco de todo», declara.
El servicio de sucesión empresarial promovido por la Cámara de Comercio le vendrá «bien» y recuerda que a la persona a la que la interese su negocio la exigirá unos conocimientos muy concretos. Por el momento no se hace a la idea que la ansiada jubilación para algunos -no para él- ha llegado y se prepara para retomar proyectos artísticos.
Antonio Gallego, Gerbursa
«Si surge la oportunidad, traspasaremos el negocio cuanto antes»
A Antonio Gallego no le importaría seguir detrás del mostrador de Gerbursa unos años más, pero la jubilación ha llamado a la puerta. A tan solo tres meses para ver 'los toros desde la barrera' el briviescano se prepara para enfrentarse a una situación que no vive desde niño: disponer de mucho tiempo libre. Con cantidad de aficiones por explotar, entre las que destacan la pesca y la caza, considera que nunca es tarde para aprender, por lo que se plantea comenzar a «estudiar inglés».
Manoli Gutiérrez, su mujer, tendrá que esperar unos años más para dejar de trabajar y, en principio, se quedará al frente del negocio, aunque si surge la oportunidad, lo traspasaremos cuanto antes», manifiesta el empresario. Su actividad profesional gira en torno a la industria local -ofrece componentes, repuestos, accesorios y equipos a las empresas o industrias, tanto para sus propias instalaciones, como las herramientas y suministros destinados a sus procesos productivos- pero también vende a particulares a menor escala.
Recuerda que los comienzos no fueron fáciles, sobre todo por los «altos intereses que nos pedían los bancos», rememora, pero desde siempre «ha funcionado bien el negocio», añade. Confía en encontrar un sucesor antes de bajar la persiana para siempre.