Los empresarios de Aranda de Duero saben muy bien de la importancia de la conexión ferroviaria. No solo de la existente en la actualidad, que cual cordón umbilical les mantiene unidos al resto de la red mediante la salida hacia Burgos, sino también de lo que supondría la prolongación mirando al sur, hacia Madrid.
Así lo expresa Roberto Rojo, vicepresidente de la Asociación de Empresarios de Aranda y la Ribera (Asemar), quien destaca que esta infraestructura "es fundamental principalmente en el sector industrial, pero también en todos los aspectos".
En concreto, habla de una posibilidad que habitualmente queda en un segundo plano respecto al uso de mercancías pero que abriría nuevos horizontes. Y en concreto se refiere a una hipotética explotación turística del tren: "En los últimos 15 años ha progresado muchísimo el sector del turismo en la Ribera de Duero", explica Rojo, vinculado de manera indudable al atractivo que conlleva el mundo del vino, pero también a su patrimonio histórico y natural. Por eso, reflexiona el responsable de Asemar, "disponer de un transporte por ferrocarril sería determinante para la expansión de este tipo de actividades".
Rojo considera "un éxito parcial" la conservación de la conexión con Burgos, que al menos permite que unas cuantas empresas del polígono Prado Marina se abastezcan de mercancías a través del tren, y sin embargo subraya que las ventajas podrían ser muchísimo mayores si Aranda no fuera el final de un ‘fondo de saco’.
Explica que "el polígono Prado Marina intentó formar parte de la red Cylog", que agrupa a los enclaves logísticos de la Comunidad Autónoma de Castilla y León. "De hecho llegó a entrar pero como un punto secundario, no como principal, y no se ha conseguido esto último por la falta de una conexión ferroviaria completa, cuando inicialmente, hace muchos años, sí formaba parte de la planificación que manejaba la Junta", añade.
Por eso, el representante de la patronal arandina lamenta que "si tuviéramos la línea de ferrocarril completa seríamos uno de los principales puntos lógicos en el norte de España". No en vano se trata de una población importante a solo 150 kilómetros de Madrid y en teoría, siempre que no se siga retrasando eternamente, en el futuro debería disponer de una Autovía de la Ribera que conectase de forma rápida con Valladolid y con Soria y que aportase intermodalidad al transporte. "Con un tren directo entre Burgos y Madrid sería indudable el atractivo de Aranda para la implantación de empresas de transporte y logística, es una baza que hemos perdido clarísimamente", añade.
No es posible determinar cuántas o cuáles empresas han dejado de implantarse en el sur de la provincia burgalesa al no disponer de una conexión ferroviaria salvo la de mercancías hacia Burgos. Sí que está claro, en cualquier caso, que algunas de las actuales no estarían allí si no fuera porque tienen garantizado el abastecimiento de materias primas a través de las vías.
Es el caso de las factorías vinculadas con el sector del acero y emplazadas en el polígono Prado Marina. Allí se inauguró en enero de 2016 un ramal ferroviario que permite conectar con los puertos del norte peninsular y, por ende, con el resto de Europa. Tras once meses de obras y con una inversión de 4,2 millones de euros, aquel 29 de enero todo eran felicitaciones entre los representantes de la Junta, el Ayuntamiento de Aranda, la Cámara de Comercio y los representantes tanto de la Autoridad Portuaria de Bilbao como del empresariado vasco que acudieron al acto de estreno.
Decía Alberto de la Calle, quien hablaba en representación de Aranda Intermodal: "Por fin hoy se ven circular los trenes por los que se lleva trabajando desde 2008".
Por suerte, esos convoyes siguen atravesando a diario el trayecto entre Burgos y la Ribera. Por desgracia, no pueden bajar más con rumbo sur.
Orientar mejor las demandas. Consciente de que el diálogo con las instituciones para lograr la reapertura del túnel de Somosierra lleva tiempo parado, apunta Roberto Rojo que "en ocasiones la actividad reivindicativa ha perdido la orientación más adecuada, porque hablamos de una competencia exclusivamente del Gobierno central. Hemos ido a instituciones que no tienen competencias y es evidente que no hemos conseguido los objetivos que queríamos porque ahí está, sigue cerrada".
En su opinión, y de cara a canalizar futuras reivindicaciones sobre el Directo, "el principal interlocutor en estas cuestiones debería ser la Plataforma por las Infraestructuras, ya que tras la desesperación por la reivindicación individual que no daba sus frutos decidimos el año pasado que debíamos juntarnos entre todos para unir fuerzas y voces".
La constitución de esta Plataforma se produjo a finales de enero de 2020, justo antes de que la pandemia lo trastocase todo. "Por eso ha estado en stand by", justifica el vicepresidente de los empresarios, pero él sigue apostando por ella puesto que "es la herramienta en la que hemos depositado nuestra confianza".