El asfaltado de Islas Canarias desespera: «Es una ratonera»

R.P.B. / Burgos
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Usuarios de la vía, vecinos del G-3 y trabajadores del HUBU consideran que esta actuación, que está causando numerosos quebraderos de cabeza para el tráfico rodado, se está demorando «demasiado» en el tiempo

Islas Canarias es una arteria esencial para el acceso al Hospital Universitario. - Foto: Patricia

Las obras de asfaltado de la calle Islas Canarias, una de las arterias esenciales de acceso al Hospital Universitario de Burgos, está causando notables trastornos tanto a trabajadores y usuarios del centro hospitalario como a los vecinos del G-3 y a quienes suelen utilizar esta vía en su movilidad cotidiana; a todos se les están haciendo eternas por el caos que en determinados momentos se produce debido a los cortes que se realizan en los distintos sentidos, lo que obliga a realizar rodeos y a que el tráfico que habitualmente registra esta calle se traslada a otras del entorno. Las tareas de asfaltado en esta vía dieron comienzo en la primera semana de agosto y todavía no han concluido. Además, en los últimos días se han iniciado los mismos trabajos en la calle Pozanos, perpendicular a Islas Canarias, por lo que la cuestión del tráfico se ha complicado aún más si cabe, amén de haber condicionado las rutas que por la zona cubren los autobuses urbanos.

Es cierto que no ha contribuido a una mejor movilidad el hecho de que en el propio HUBU se estén llevando a cabo obras en su nudo de acceso principal, pero no lo es menos que veinte días después de iniciadas las tareas de asfaltado todavía se siguen registrando cortes en los carriles y en las rotondas de Islas Canarias. Los vecinos del G-3 están molestos. «Por la mañana abren un carril y por la tarde lo cierran, y viceversa. Tenemos que estar improvisando rutas continuamente. Creemos que están tardando demasiado. Esto parece la obra de El Escorial», manifestaba ayer mismo a este periódico un vecino del barrio de Vista Alegre que alerta, también, de la escasa señalización de las arquetas de las alcantarillas, con las que los coches, cuando hay mala visibilidad, topan y se golpean.

«Llevamos un mes en una ratonera. Y si ya las calles de este barrio tienen habitualmente mucho tráfico, con el peligro que conlleva en los cruces de peatones con mala visibilidad por los estacionamientos, estos días ha aumentado. Es una locura. No entendemos tanta demora», apuntaba un comerciante de la zona. Los trabajadores del Hospital Universitario también se muestran molestos (...).

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