El filósofo y profesor del Mendoza Luis Martín Santos entabló una estrecha y duradera relación con el pintor, ceramista y escultor Francisco Espinoza Dueñas. En 1957, el artista regaló un cuadro al historiador que desde entonces ha permanecido en las casas familiares de los Martín Rojo. Tras el acuerdo alcanzado entre los hijos de Martín Santos y la Institución Fernán González, el cuadro pasa ahora a formar parte del fondo de la Real Academia, que lo tendrá expuesto en su actual sede, en el edificio de la Fundación Círculo en la plaza de España.

El cuadro está realizado al óleo con espátula y fue creado durante su estapa de París, según ha detallado la hija del artista, Amaya Espinoza. En tonos oscuros, la obra es "un canto a la familia y a la vida" ya que, aunque no tiene título ni explicaciones, los herederos lo han interpretado siempre como la descripción de los padres y del hijo Gonzalo, que era el que en ese momento había nacido.

Isabel Martín Rojo, una de las hijas del filósofo, ha destacado que el cuadro "simboliza la amistad de dos hombres que se afincaron en Burgos en una época en la que la cultura y el arte aquí podemos imaginarnos cómo era". "De esta manera -ha añadido- han dejado su herencia juntos y por separado".

Durante el acto, que se ha celebrado en la sede de la Fernán González, la hija de Francisco Espinoza reclamó para la obra de su padre "un sitio que albergue una colección permanente que sirva para recorrer las distintas etapas". El fondo que conservan las hijas Amaya y Adriana es "muy importante, sobre todo en cerámica". "Con dinero, deseo y voluntad la obra podría venir a Burgos. A mi padre le chiflaría", ha añadido, recordando que Dueñas vivió en Burgos 25 años, se casó con una burgalesa y el 50% de lo que conservan, principalmente la cerámica, fue realizada aquí.