La Diputación de Burgos ha llevado 1,5 millones de litros de agua a los pueblos burgaleses desde que comenzó el año y la inmensa mayoría de quienes lo demandan se ubican en la zona norte de la provincia. Garoña, La Parte de Bureba o La Revilla de Herrán se han convertido en algunos de los protagonistas de este listado durante los primeros seis meses de 2023, aunque la sequía parece que empieza a hacer estragos y nuevas localidades están demandando este servicio durante las últimas semanas. De hecho, Soncillo, Grandival, Salinas de Rosío o Cornudilla han tenido que pedir ayuda para que llegaran estos camiones cisterna.
Se espera que de cara a este mes de agosto se multipliquen las solicitudes de los municipios burgaleses, ya que la falta de lluvias repercutirá directamente en las reservas y pondrá a muchos contra las cuerdas. «El suministro ahora está dentro de lo normal, pero durante estos días la población en el medio rural se llega a triplicar, lo que supone que se dispare el consumo de agua», explica Ramiro Ibáñez, vicepresidente primero de la Diputación de Burgos. Eso sí, los arreglos y mejoras que se han llevado a cabo en las redes «durante los últimos 20 años» permiten que ya no se tengan que enviar tantos camiones cisterna al medio rural. Se espera una demanda similar a la de las últimas campañas.
(Más información y otras localidades con problemas, en la edición impresa de este miércoles de Diario de Burgos)