A pesar de que la tasa de resolución de desapariciones es muy alta, en Burgos hay cuatro casos abiertos. El más antiguo data del año 2002. María Cristina Munié, en trámites de separación de su marido, se esfuma como por arte de magia y no se ha sabido más de ella en una década. La Policía Nacional investigó la denuncia que presentó la familia y el juzgado de Instrucción número 3 acabó archivando la causa de manera provisional. Su esposo declaró y aseguró que había sido abandonado.
A pesar de que la Audiencia condenó a su marido, Rafael Gabarri, por detención ilegal, maltrato y lesiones, la Policía Nacional sigue considerando el caso de Marisa Villaquirán como una desaparición. A las 15,15 del 7 de diciembre de 2004, esta mujer de 38 años se encontraba limpiando un portal en Miranda de Ebro. Había ido al médico, llevó a la guardería al menor de sus cuatro hijos y acudió a los juzgados para formalizar una denuncia contra su marido, Rafael Gabarri, 15 años más joven que ella, por una discusión que ambos mantuvieron la noche anterior. Ya no vivían juntos y estaban en trámites de separación. Varios testigos vieron a su esposo introducirla a la fuerza en un coche y llevársela. Él y el conductor del vehículo, Isaac Duval -condenado a 8 años de prisión por estos hechos- se desplazaron hasta San Juan del Monte y nunca más se supo de Marisa. Los rastreos casi diarios del vertedero y los alrededores no dieron resultado.
En mayo de 2006 la familia de Guillermo Cancho Alejos, vecino de la calle Federico García Lorca, denunciaba su desaparición. El día 4, a las 10 de la mañana, salió de casa para dar su caminata diaria entre Fuentes Blancas, Cortes, Cardeñajimeno, San Pedro de Cardeña y Carcedo. Debía encontrarse con sus amigos bajo el puente del ferrocarril cercano a la playa fluvial, pero no llegó. La esposa y los dos hijos se alarmaron al no llegar a comer a casa y a primera hora de la tarde comenzaron a buscarle. Durante los primeros días, todos los cuerpos de seguridad, incluido Grupo Especial de Actuación Subacuática (GEAS) de la Comandancia de la Guardia Civil de Cuenca, participaron en la búsqueda. El día 30 la familia enviaba un mensaje a través de los medios y el caso fue olvidándose. «Querido Guiller, desde el 4 de mayo no estás con nosotros y no sabemos qué pudo ocurrirte. Lo que queremos comunicarte es que te queremos y deseamos verte con nosotros. Tenemos la esperanza de que puedas leer este mensaje y el deseo de tener pronto noticias tuyas. Tu familia, que te quiere», rezaba.
El último caso se dio en el año 2008 y la Policía Nacional no tiene ninguna pista. Una monja de Lerma acudió a la Comisaría para denunciar que su hermano, hindú, había desaparecido. Su nombre es Dinse Devaise. A pesar de que la investigación no está cerrada, en Comisaría cuentan con pocos datos para dar con su paradero.