Esta semana, que tradicionalmente ha sido de recogimiento, reflexión e incluso de penitencia para muchos españoles, es propicia no sólo para disfrutar de unos días de asueto, turismo y tradición sino también para el análisis de la realidad. En este sentido, y puesto que uno de los factores más importantes para el desarrollo personal y profesional es el empleo, hagamos un pequeño recorrido por su evolución desde junio de 2018 para que sea coincidente con las políticas de empleo actuales. En España, en junio de 2018, según los datos publicados por la Seguridad Social en sus estadísticas de afiliados medios mensuales, había diecinueve millones seis mil novecientos noventa afiliados, de los cuales dos millones cuatrocientos sesenta y tres mil cincuenta y nueve eran empleados públicos, un doce con noventa y seis por ciento. En febrero de 2024, que es el último dato publicado atendiendo a la misma fuente, en nuestro país hay veinte millones setecientos ocho mil trescientos ochenta y un mil cotizantes, de los cuales dos millones novecientos sesenta y nueve mil setecientos sesenta y cinco son servidores públicos, un catorce con treinta y cuatro por ciento. 

En estos algo más de cinco años y medio el empleo ha crecido en un millón setecientos un mil empleos, de los cuales quinientos seis mil han sido públicos. El cálculo es sencillo; se han creado 1.194.685 empleos en empresas privadas y 506.706 empleos en la administración. Los puestos de trabajo creados por las empresas han supuesto una creación de empleo del 7,22% respecto al empleo en 2018 y los puestos de trabajo creados por la administración han supuesto un 20,57% respecto del empleo público que había en junio de 2018. Está claro que las políticas de creación de empleo llevadas a cabo son efectivas si atendemos al empleo público, pero no lo son tanto en el sector privado. El treinta por ciento de los empleos creados han sido en el sector público. 

En los últimos años, el crecimiento económico en España ha sido superior al de nuestro entorno y sin embargo los cambios en la legislación laboral no han conseguido crecimientos significativos en el empleo privado.