Hace solo un año, solo un año, Raúl Asencio era el tercer central del Real Madrid Castilla. Un futbolista en la sombra, donde los canteranos hacen equilibrios entre porfiar por su gran sueño o aceptar una oferta menor en la que sentirse futbolista de élite sin llevar en el pecho el escudo deseado. Estaba por detrás de Carrillo y Marvel, y mantenía un pulso con Edgar Pujol por disputar los minutos que los dos primeros dejaban como migajas. 

Se puede decir que su vida es la del tipo que estaba allí. El que se mantenía de pie cuando otros se caían por salida o por lesión. Carrillo se marchó al Eibar, Marvel al Córdoba, Pujol no dio el salto y Jacobo Ramón, la gran promesa que tiraba la puerta por detrás de ellos -el que iba a ser el elegido por el primer equipo en caso de urgencia- encadenó un problema físico detrás de otro. Así que el 8 de noviembre de 2024, en un Real Madrid-Osasuna y con Tchouaméni tocado y Alaba todavía en el dique seco, Asencio fue convocado por primera vez con los 'grandes'. 

Carlo Ancelotti no es precisamente un técnico enamorado de la cantera y sus virtudes. En ese sentido es 'segurolas': un entrenador experimentado que cree en la experiencia y ni siquiera usa gaseosa para experimentar. Pero ese día, sobre el pasto, Militao se rompió el ligamento cruzado. Y el italiano miró a los ojos del muchacho. El canario debió pensar que, otra vez, las piezas caían a su alrededor y le brindaban la oportunidad de su vida. Debutó y a los 12 minutos puso un pase largo hacia Jude Bellingham para que el inglés hiciera el 2-0. Y debido a la velocidad con la que los grandes crean y destrozan dioses, Asencio ya estaba consagrado en la élite. 

Selección

Solo 125 días después de aquel estreno, 'Rulo' viste la camiseta de la selección. «Es un sueño de niño, lo más bonito», decía aún con gesto de incredulidad. Porque de nuevo una sucesión de caídas, una más, le permitía dar el salto: Laporte y Vivian están lesionados, y después de ser convocado también salió por una dolencia Íñigo Martínez. Citando los 'Coelhos' de la vida, es como si el universo estuviera conspirando para que el chico, con esa mezcla de fortuna y talento que tan bien combina, triunfase en el fútbol. 

«Hay jugadores que aceleran los procesos -decía a este respecto Luis De la Fuente, seleccionador nacional- y él lo ha logrado». Ni siquiera había pasado por el radar de las selecciones inferiores. Solo una leve aproximación, apenas un suspiro, en enero de 2022, cuando participó en dos entrenamientos de la sub'19… pero no llegó a debutar. Su primera oportunidad de rojo llegará directamente con los 'mayores' en el doble compromiso de Róterdam y Valencia. 

Investigado

En medio del viaje a la gloria tiene que convivir con el escabroso asunto de su investigación por difundir un vídeo sexual de una menor en verano de 2023 junto a tres compañeros (los hechos se produjeron a mediados de junio y la denuncia de la madre de la joven, de 16 años, en septiembre). «Yo estoy tranquilo», dice mientras las aficiones rivales la toman duramente con él. El pasado 11 de febrero los jueces rechazaron el recurso del jugador y mantienen la investigación activa porque detectan «indicios de criminalidad» en Asencio. No es fácil mantener la cabeza fría en estas circunstancias, pero el balón y el calor de un vestuario que le ha acogido con cariño es su vía de escape mientras la justicia no se pronuncie definitivamente. 

El chico que creció admirando a Sergio Ramos y a Carles Puyol se incrustó en la cantera blanca a los 14 años y quemó etapas con fugacidad hasta ese 8 de noviembre del debut. Ancelotti seguía ofreciéndole el puesto a Tchouaméni, pero desde enero (tras seis partidos de Asencio en el banquillo), derribó el conservadurismo del italiano. Ha sido titular en 14 de los últimos 16 choques y el Santiago Bernabéu, últimamente 'huérfano' de canteranos a los que rendir pleitesía, se ha enamorado de él. España es la siguiente conquista: si mantiene el don de estar en el momento exacto cuando se le necesita (y rendir), el futuro será suyo.