Con la sorpresiva salida de Karim Benzema el pasado verano y sin fichajes para cubrir el importante hueco que dejó el francés en la punta del ataque, Carlo Ancelotti lo tuvo claro: el sustituto del actual Balón de Oro lo tenía en la plantilla, y ese era Rodrygo Goes. Sin embargo, tras dos meses de competición, el brasileño ha demostrado más frustración que acierto de cara a puerta y el Real Madrid, con la lesión de Vinícius Júnior entremedias, ha adolecido de una clara falta de gol.

Ni siquiera en el recién finalizado parón internacional por los compromisos de las selecciones nacionales pudo hallar Rodrygo la confianza que le falta ante el arco contrario. Fernando Diniz, entrenador de Brasil, lo alineó cerca de Richarlison ante Venezuela (1-1) y de Gabriel Jesús en la visita a Uruguay (2-0), pero la respuesta del atacante fue igual de poco autoritaria que la que está dándole a Ancelotti en el Bernabéu.

Solo cinco disparos en 180 minutos disputados entre los dos encuentros (uno a puerta, dos fuera y tres bloqueados) con la 'Canarinha' ha sido el pobre bagaje del '11' merengue, que ahora afronta con el bloque de Chamartín una semana clave y que puede marcar, en parte, la presente temporada.

Mañana visita al Sevilla en el Pizjuán y la semana que viene le espera el Sporting de Braga en la Liga de Campeones y elBarcelona en LaLiga y es ahora cuando Ancelotti deberá demostrar si su confianza en Rodrygo se mantiene intacta u opta por dar entrada a Joselu junto a Vinícius en la parcela ofensiva.

Hasta el momento, el italiano ha creído en el brasileño por encima de las estadísticas. El delantero ha sido titular en siete de las nueve jornadas de la competición doméstica disputadas, en las que el número de goles esperados (tantos que debería haber marcado según la calidad de las ocasiones que ha tenido) es de 3,35, por lo tanto, Rodrygo ha desperdiciado un total de 2,35 dianas hasta ahora en la competición de la regularidad.

Superado

Algo que puede explicar el bajón de rendimiento del atacante es el cambio de sistema y la salida del propio Benzema. Hasta la fecha, Rodrygo estaba acostumbrado a ser un 'agitador' de los partidos más que un jugador constante. Cuando saltaba desde el banquillo su nivel crecía de forma exponencial. Sin embargo, con un papel protagonista en el centro del ataque, posición que ocupa desde que Ancelotti decidió cambiar su habitual 4-3-3 por un 4-4-2 en rombo para potenciar a Jude Bellingham, no ha mostrado el mismo acierto.

En una comparativa con los demás compañeros de ataque, el '11' merengue sale perdiendo en casi todo. Es el que más partidos ha disputado (nueve) junto a Joselu, pero es el que menos goles ha convertido (uno), por detrás de 'Vini' (dos), el español (cinco) y Bellingham (ocho) y su ratio de conversión es el más pequeño (4,76) de los cuatro. 

El último tren de Rodrygo podría estar a punto de pasar, si es que no lo perdió ya.