Un instituto alemán buscará ADN de neandertal en Cueva Kaite

A.C. / Ojo Guareña
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Tratará de localizar restos de pelo o uñas entre los sedimentos que han recogido

El equipo de arqueólogos e investigadores en la excavación de Cueva Kaite este verano durante su segunda campaña. - Foto: DB

Muestras de los sedimentos recogidos el pasado mes de agosto en el yacimiento arqueológico de Cueva Kaite van a ser analizados en el Instituto Max Planck, de Alemania, para tratar de localizar algún resto de cabello humano o pelo animal o incluso de una uña que hagan posible saber si en este singular espacio se preservan restos de ADNde los neandertales. Los resultados pueden tardar de dos a tres años, pero mientras llegan una de las codirectoras de la excavación, la arqueóloga Ana Isabel Ortega, del CENIEH (Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana), no tiene duda de que en Cueva Kaite «hubo humanos neandertales por la cantidad de restos de industria lítica -herramientas de piedra- hallados» en las campañas realizadas durante los dos últimos veranos. 

En agosto de 2019 se localizó un diente de leche de una criatura Neandertal en el yacimiento arqueológico de la Cueva Prado Vargas, lo que catapultó las investigaciones en ese espacio del monumento natural de Ojo Guareña. A apenas 2 kilómetros está Cueva Kaite, por lo que Ortega no alberga dudas de que «las mismas gentes» utilizaron ambas cuevas, aunque todo apunta a que fue para distintos usos, puesto que Prado Vargas fue habitada y en Kaite «pudo haber una zona de vigía o de pastoreo». La primera es una buena opción, dadas las vistas al Valle de Sotoscueva que ofrece el portalón de entrada donde se ha seguido ampliando la excavación este agosto.

Las dataciones de los huesos animales hallados en 2023 los situaron en una antigüedad de 43.650 años. Durante la excavación, los investigadores ya avanzaban que se estaban encontrando material perteneciente a la transición del Paleolítico Medio -cuando vivió el Neandertal- al Superior -de entre 40.000 y 30.00 años de antigüedad-. Se trata, como explica Ortega, de «un momento de transición, el de los últimos neandertales y en el que ya habrían llegado los primeros Homo Sapiens a la cornisa Cantábrica», a apenas 30 o 40 kilómetros en línea recta de Ojo Guareña. «Sería muy interesante conocer el impacto que tuvieron esos Sapiens, los primeros humanos modernos», continúa la investigadora, que califica de «un estudio muy interesante y novedoso» el que va a realizarse en Max Planck, un centro al que pocos yacimientos logran acceder.

Entre las dos campañas del yacimiento se han reunido más de un millar de piezas de sílex talladas por hombres, instrumentos en cuarcita y arenisca y restos de huesos de fauna. Con los estudios de ADN, si se logra localizar algún resto que lo contenga -pelo o uña- se podrá determinar qué animales pasaron por la cavidad y qué grupos humanos la frecuentaron. Codirigida por Marco Vidal, del equipo de investigación Evo-Adapta de la Universidad de Cantabria, la excavación también ha contado con otros nueve profesionales, de diferentes universidades y entidades.