Sábanas de seda y terciopelo en Belorado

P.C.P. / Burgos
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Un proveedor remite a la comisión gestora del convento de las exclarisas una factura de 6.900 euros y un empresario francés reclama otros 18.600 en chocolates y un horno... Aseguran que hay más afectados, con embutidos, móviles...

Las monjas de Belorado deben miles de euros en sábanas de seda y otras excentricidades. - Foto: Luis López Araico

Las facturas que las exclarisas de Belorado han dejado sin abonar no solo incluyen suministros básicos y materia primas para su obrador de dulces, sino también productos de alta gama como juegos de sábanas de seda y nórdicos de una marca exclusiva, según denuncia el proveedor al que le adeudan 6.900 euros desde enero. Asegura que no es el único autónomo afectado por el agujero económico generado por la exabadesa Isabel y sus ya excompañeros de viaje Pablo de Rojas y José Ceacero, con gustos que abarcarían jamones ibéricos y teléfonos y ordenadores de última generación. Caprichos tan sibaritas como excéntricos, puesto que según otras fuentes llegaron a adquirir hasta un toro de lidia para el monasterio de Orduña, que tuvieron que vender al no conseguir retener al bravo animal dentro del recinto.

El abogado de Pablo (prefiere no revelar su apellido) ha remitido a la comisión gestora de los monasterios una factura por un importe de 6.900 euros, que incluye varios juegos de ropa de cama de seda, nórdicos de pluma y cubrepiés de terciopelo. Desde enero ha intentado cobrarla en varias ocasiones a las monjas, aunque la última vez que pudo hablar con ellas por teléfono le dijeron que la pagara «San Pedro» y ya no le ha vuelto a coger.

«¿Para qué quieren una monjas unas sábanas de casi 600 euros que no las tengo yo ni en mi casa?», se pregunta Pablo, que se vio obligado a importar desde Bélgica porque solo una empresa le servía todos los productos que las religiosas le habían solicitado, especificando marca y detalles de la ropa de cama.«Me contaron la película de que iba a venir un cardenal», afirma este autónomo, que ahora se plantea cerrar su pequeña empresa por esta deuda.

Un camión de congelados accede al convento de La Bretonera de Belorado el pasado 13 de junio.
Un camión de congelados accede al convento de La Bretonera de Belorado el pasado 13 de junio. - Foto: Luis López Araico

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