Sin despegarse del teléfono, los consejeros del Mirandés caminaban desde primera hora por las inmediaciones de la sede buscando  noticias frescas desde Madrid. Los gestos de asentimiento se repetían entre ellos adelantando lo que sería una realidad poco después. Los que más experiencia tienen en temas administrativos habían vaticinado el desenlace internamente hace días y quizá por eso, incluso los más escépticos,  reflejaban una absoluta tranquilidad en sus rostros.

La suerte estaba echada y finalmente cayó del lado rojillo. «Es un día importante para la gran familia mirandesa y para toda la ciudad», apuntaba Alfredo de Miguel, quien celebraba la «honestidad» de la Liga para no dejarse influir ni coartar por las «maniobras» de los últimos días.

Y es que pese al silencio mantenido hasta el último día, en el Mirandés no han sentado bien que las injerencias políticas y mediáticas. «No debería haber este tipo de presiones, sobre todo, porque cuando alguien trata de influir en el ánimo de la LFP para beneficiar a alguien, hay que entender, que quizá de forma no intencionada, perjudica a otro, y de lo que se trata es de cumplir una normativa pactada por todos».

Aún así, en el club ha imperado siempre el convencimiento de que se respetaría el marco legal. «No creo que el fin justifique los medios y aunque todos queremos el mayor éxito, no puede ser a cualquier precio, y menos si lograrlo implica meterse en cosas raras, no pagar  o endeudarse» señaló De Miguel, quien quiso dejar claro que debe haber un «equilibrio» entre la gestión deportiva y económica.