Hace más de un año que la Universidad de Burgos anunció públicamente su intención de rehabilitar la iglesia del antiguo Hospital Militar para uso cultural y lúdico. El llamado proyecto Ágora nacía con la esperanza de los responsables académicos de conseguir financiación por parte de la Junta de Castilla y León y de las distintas convocatorias de los fondos europeos de recuperación, transformación y resiliencia. Sin embargo, los planes inicialmente previstos no se han cumplido hasta la fecha, lo que no ha impedido a la institución dar un paso adelante para que esta ambiciosa actuación sea una realidad.
La vicerrectora de Campus y Sostenibilidad, Amparo Bernal, avanza que próximamente se sacará a concurso la redacción de un anteproyecto en el que los estudios de arquitectura que concurran puedan «desarrollar las ideas y las soluciones arquitectónicas» recogidas previamente en un dosier. Esta primera fase se acometerá con fondos propios con el fin de «llamar la atención» del Gobierno regional para que inyecte más dinero al Plan de Infraestructuras anual, por el que la UBU recibe 1,5 millones de euros. «Es una cantidad insuficiente porque se dedica casi en exclusiva al mantenimiento de los edificios existentes», precisa.
Bernal considera que contar con dicho anteproyecto incrementa las posibilidades para atraer financiación regional, después de que la esperanza de los fondos europeos se haya diluido. En este sentido, explica que la cuantía recibida por parte de Castilla y León no ha incluido a las universidades públicas como beneficiarias de ese montante dentro del capítulo correspondiente a la rehabilitación de inmuebles. «Nos hemos sentido excluidos», sostiene, al tiempo que destaca la importancia se supone este proyecto para la Universidad.
La actuación en la iglesia, que se encuentra desacralizada y presente un «grave deterioro» en su conversación, supondría convertir este edificio, al igual que las antiguas zonas de descanso anejas, en el epicentro cultural y lúdico del campus. Con un presupuesto estimado de 1,5 millones, albergaría las sedes de las aulas de teatro y cine, así como una cafetería, aprovechándose también las zonas ajardinadas. El rector, Manuel Pérez Mateos, ha defendido en varias ocasiones la relevancia de dicha intervención. De hecho, avanza que el programa de actos del Ágora se pondrá en marcha antes de que se ejecuten las obras aprovechando otras instalaciones en uso de la UBU como puede ser el Aula Magna del Hospital del Rey.