El lobo ha vuelto a atacar en los Montes Obarenes. De nuevo lo ha hecho en Bozoó, donde la noche del martes al miércoles acabó con 24 ovejas, incluidos algunos corderos y también hembras adultas a punto de parir. En la zona crece la preocupación por la presencia de este predador, que cerró 2023 con una sucesión de embestidas. En aquel diciembre negro, acabó con 40 ovejas sumadas en cinco días, aunque con esta nueva gota la paciencia se acaba en el entorno, donde ven que la presencia de este animal forma parte de la rutina con la que deben lidiar en las explotaciones. De hecho, en el pueblo pocos quieren hablar y se prefiere mantener el anonimato, aunque se muestran vídeos en los que se ven al menos cuadro cánidos, lo que confirmaría que no se trata de ejemplares solitarios como se pudo pensar en un primer momento, sino que existe una manada estable.
Los agentes medioambientales con base en Miranda ya han visitado las instalaciones, algo necesario según marca la legislación a la hora de pagar las indemnizaciones, porque se tienen que recabar pruebas de que el lobo fue el autor. En este caso parece que hay pocas dudas y el análisis lo hicieron el mismo miércoles. Ahora quedará completar todo el papeleo para que los dueños de los animales reciban el pago por las pérdidas. Sin embargo, aunque de esta manera se trata de compensar el perjuicio económico a los ganaderos, en el pueblo apuntan al daño que deja dentro del rebaño, donde el estrés puede perjudicar a las hembras preñadas.
(Más información, en la edición impresa de este viernes de Diario de Burgos o aquí)