La pesadilla de los incendios y el riesgo que suponen para la población se ha vivido en toda su crudeza este domingo en la provincia de Burgos por culpa del voraz fuego que se inició en unas fincas de cereal de Tejada y se extendió rápidamente, ayudado por las fuertes rachas de viento, hacia Quintanilla del Coco, Santibáñez del Val y Santo Domingo de Silos, poniendo en jaque a media comarca del Arlanza y obligando a desalojar de sus casas a más de medio millar de vecinos de cinco pueblos, entre ellos Silos y su monasterio benedictino. Las llamas, que al cierre de esta edición no habían sido controladas (los equipos de extinción han seguido trabajado durante toda la noche en diferentes focos), han provocado importantísimos daños al arrasar viviendas, cocheras, naves agrícolas y ganaderas, granjas de cerdos, colmenares, bosques de encinas y robles y fincas aún sin cosechar. El área quemada supera, con mucho, los varios centenares de hectáreas aunque habrá que esperar para conocer la extensión total que ha ardido.
Lo peor del incendio, declarado por la Junta de nivel dos por su peligrosidad, se ha concentrado en Santibáñez del Val, donde se han quemado numerosas casas, y en Santo Domingo de Silos, donde han ardido al menos ocho inmuebles de la parte alta de la villa y varias naves. La rapidez con la que se propagó el fuego provocó momentos de tensión, miedo y frustración.
Medios áreos y terrestres trabajaron sin descanso a lo largo de toda la tarde para evitar que las llamas se propagaran hacia el interior del casco urbano y hacia el monasterio, logrando contener el avance del fuego, sin que llegara hasta los muros de la abadía benedictina ni al convento de San Francisco.
Infierno en el Arlanza - Foto: Miguel Ángel ValdivielsoEn el transcurso de la noche, y ya con los helicópteros y los aviones sin posibilidad de volar, los bomberos y las brigadas de extinción de la Junta, con el apoyo de numerosos voluntarios de la comarca, se han centrado en los núcleos de Santibáñez y Silos, donde la situación seguía descontrolada a última hora. Los equipos han utilizado siete bulldozer, junto con tractores y cisternas, para intentar atajar las llamas en la zona de masa forestal. Además, miembros de la UME se incorporaron al dispositivo desde la zona de Contreras. El esfuerzo que hubo que realizar fue ingente, lo que no evitó las críticas de algunos alcaldes y vecinos, que se quejaron de la falta de coordinación.
La intensidad del incendio obligó a movilizar numerosos medios aéreos y terrestres y dejó sin luz y agua a los pueblos más afectados. De hecho, el depósito de Silos se quedó vacío y fue necesario llenar las cisternas en el manantial que hay junto al monasterio. Los helicópteros cargaron agua en las piscinas del entorno.
El fuego, según el Gobierno regional, se inició poco después de la una del mediodía. Al parecer, el origen estuvo en una máquina cosechadora que estaba trabajando en una finca del término de Tejada, si bien este extremo tendrá que ser confirmado a raíz de la investigación que se ha abierto. De momento, la Junta de Castilla y León ha señalado que los primeros indicios indican que el incendio no ha sido espontáneo sino por una acción imprudente.
Todos los intentos iniciales por sofocar las primeras llamas resultaron infructuosos y el viento, unido a las altas temperaturas, ayudó a su rápida propagación. Y aunque el alcalde de Tejada, Jaime Alonso, señaló a este periódico a las dos y media de la tarde que el fuego estaba controlado en la zona de su municipio, las llamas habían pasado en ese momento hacia Quintanilla del Coco, donde entró por el valle y, tras arrasar fincas y bosques de robles y encinas, continuó hacia Santibáñez del Val y hacia Silos. Para entonces la situación ya estaba totalmente descontrolada y afectaba a viviendas e instalaciones ganaderas, lo que obligó a evacuar a la población de estos dos últimos municipios y horas más tarde a los vecinos de Carazo, Villanueva de Carazo y Hacinas como medida de prevención.
Según los datos de la Junta, la población de hecho de estas localidades supera el millar de personas pero a estas hay que sumar las muchas familias que pasan el verano en sus segundas residencias.
Los vecinos evacuados fueron trasladados en autobuses hasta Salas de los Infantes, donde se habilitaron el polideportivo municipal, el del Instituto y el colegio de Primaria para que algo más de 200 personas pudieran pasar la noche, y hasta Caleruega, donde otro centenar de personas fueron alojadas en el monasterio de los dominicos y en un hostal. Los 25 monjes de Silos optaron, sin embargo, por trasladarse hasta el convento de las monjas benedictinas de Aranda de Duero. También se decidió llevar a algunas personas hasta dependencias municipales de Huerta de Rey.
El Servicio de Emergencias 112 de Castilla y León atendió más de 65 llamadas desde las 13.12 horas sobre el incendio forestal de Quintanilla del Coco. De hecho, el intenso humo que generó era visible desde numerosos puntos.
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