Durante mucho tiempo en Miranda existió una simbiosis entre la hostelería y la Cofradía de San Juan del Monte. Pero hace dos años la relación se rompió y se generó un clima de tensión ante los múltiples cambios en las fiestas propuestos por la entidad, como la eliminación de las multiverbenas o la colocación de barras en la calle sin espectáculo musical. No obstante, tras la dimisión de Roberto López de Davalillo, el nuevo presidente, Carlos Calvo, ha anunciado que pretende «mimar» y «escuchar» a este sector para volver a colaborar de cara a la celebración. Y los bares han recogido el guante.
El presidente de la Asociación de Hosteleros Altamira, Pepe Rey, explica que Calvo «empieza nuevo en el cargo, por lo que lo suyo es que tienda la mano a todo el mundo» y añade que su sector está dispuesto a tener esa misma actitud. Todavía falta tiempo para que se desarrollen las reuniones, aunque confía en que «cuando la Cofradía diga lo que quiere hacer y dónde entra la hostelería, se podrá llegar a acuerdos» porque «si la junta directiva tiene la intención de hacer las cosas como se hacían años atrás y casi siempre, no tiene por qué haber ningún problema con nadie».
En algunos bares consideran que «este cambio en la Cofradía puede ser bueno, dadas las circunstancias que hubo con la anterior directiva porque tenía diferencias no solo con la hostelería, sino también con otros actores». Así opina Daniel Nunes, de La Madre. Él considera que Calvo «es una persona afable, con la que se puede dialogar» y cree que el nuevo presidente «va a intentar tender puentes de nuevo y que la cosa vuelva a la normalidad». Así, recuerda que en este sector siempre han estado «abiertos a colaborar con la Cofradía, es algo necesario y ojalá todos rememos en la misma dirección como pasaba antes, cosa que no ha ocurrido en los últimos dos años».
Rey puntualiza que a partir de ahora la hostelería de Miranda se limitará a «escuchar» y «a no buscar ninguna polémica», puesto que «cada uno, evidentemente, velará por sus intereses, pero se intentará sumar a la fiesta como se hacía antes», sin «ser protagonistas ni estar enredados en ninguna gresca», ya que solo desean «pasar desapercibidos, trabajar y ayudar a San Juan del Monte». Algo similar piensa Daniel Conde, de la mítica discoteca Orosco, quien adelanta que locales como el suyo van a «dejar trabajar» a la Cofradía «antes de criticar» y su objetivo es «colaborar y aportar lo máximo posible, como siempre». En este sentido, recuerda que ya en 2024 hicieron «una gran inversión para traer artistas de primera línea y fue un reclamo para gente de fuera». Por eso, opina que cada bar debe tener su espacio y se muestra «partidario» de que «tanto la parte vieja como la nueva» tengan vida, aunque los flecos deberán tratarse «con el nuevo presidente, que es la cara visible, y con su equipo».