FlyBy se ha convertido en el usuario preferente -y casi único- del aeródromo de Villafría ante la ya asumida ausencia de vuelos comerciales y la consolidación de su proyecto en Burgos es, en este momento, la principal apuesta de futuro para dotar de vida a esta infraestructura.La empresa llegada a la capital en 2019 no deja de crecer año tras año y esa tendencia positiva de la actividad deriva en una paradoja que puede perjudicar en el corto plazo a las expectativas de la ciudad.
El aeropuerto de la capital no da más de sí para dar cobertura a los intereses de FlyBy. Sobre el papel, se trata de una gran noticia porque significa que la alianza funciona a la perfección.Sin embargo, esa circunstancia provoca que la compañía se plantee otras alternativas en su política de expansión y ello pone en riesgo la implantación de la escuela de mecánicos proyectada enVillafría.
La opción de Burgos para acoger esta novedosa iniciativa aún no está descartada, pero ya no es la prioridad proyectada en el último trimestre de 2022.En el aire queda una idea que pretende formar a 200 profesionales cada año, aunque la firma subraya que la escuela de instrucción de pilotos no corre ningún peligro.
«Llevamos a Villafría a su máxima capacidad», resume el CEO de FlyBy, Álex Álvarez.«Nunca nos iremos de Burgos, pero tendremos que montar operaciones en otros lugares porque el aeropuerto no nos da más capacidad operativa», resume.
La situación exigiría una fuerte inversión en esta infraestructura que Aena, como propietaria, descarta y el Ayuntamiento ni se plantea impulsar. Ni siquiera FlyBy está dispuesta a solicitar que se estudie esta opción «porque no tendría lógica». «Se necesitarían unas inversiones que serían desorbitadas para una escuela de pilotos y nunca pediríamos que se hicieran.Sería como montar una autopista de siete carriles entre Burgos y Logroño», asume Álvarez.
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