Los traumatólogos Jacobo Salvat y Víctor Bárcena ya cuentan con el sello de calidad europeo como especialistas en la reconstrucción artroscópica del ligamento cruzado anterior y la tenodesis extraarticular lateral de la rodilla utilizando técnicas quirúrgicas de última generación. Una certificación que refuerza la trayectoria profesional de los cirujanos del Hospital Recoletas, tan vinculados también al deporte profesional.
Salvat, jefe de los servicios médicos del Aparejadores RC, y Bárcena, responsable de estas funciones en el CB Tizona, son referentes en el tratamiento de lesiones de deportistas, si bien ellos no diferencian entre un atleta de elite y un aficionado.
Y esa es, precisamente, una de las grandes virtudes de su especialización. «En España se utilizan dos técnicas, una con injerto isquiotibial y otra con el tendón rotuliano (HTH)», explica Salvat, salmantino de nacimiento pero afincado en Burgos. «Era algo que dependía de escuelas, pero nosotros individualizamos las necesidades de cada paciente», matiza.
«Por ejemplo, en el rugby los jugadores son muy diferentes según su posición. No es lo mismo un primera línea de 120 kilos que un tres cuartos que pesa 80. Por eso, el injerto que cojamos dependerá de lo que necesitamos, ya sea más resistencia, más fuerza en la arrancada o más velocidad», añade.
Los dos representantes de Burgos recibieron la invitación de la Sociedad Europea de Traumatología Deportiva, Cirugía de Rodilla y Artroscopia (ESSKA) para conseguir unas certificaciones reservadas a una veintena de profesionales de todo el continente.
Ellos fueron los únicos españoles desplazados a la localidad británica de Watford. Aunque las probabilidades de formar parte de este módulo «eran pocas», su trayectoria les permitió acceder a la elite. Después de completar la parte teórica, operaron sobre un cadáver para superar la evaluación bajo el criterio de los mejores especialistas.
«Con esta certificación demostramos a la gente que hacemos lo mismo que pueden pedir en otros hospitales. Hemos tratado todo tipo de deportes y de deportistas, adaptando a cada persona la técnica quirúrgica adecuada», subraya Víctor Bárcena, quien destaca la importancia de este módulo.
«Nos avala y atestigua que trabajamos con los estándares de calidad de la ESSKA», valora, para destacar su capacidad para aplicar en cada situación las medidas exigidas. «Aprendemos todo el abanico disponible para que el tratamiento sea el mejor para cada persona. No se trata de ofrecer pan con jamón para todos, sino actuar según lo que encontremos», añade Salvat.
Ambos superaron la prueba desarrollada en Inglaterra y mostraron sus habilidades para trabajar en la reconstrucción del ligamento cruzado anterior y en la realización de plásticas extraarticulares, una técnica que supone «uno refuerzo que hace que haya menos riesgo de rotura». «Los estándares que aplicamos aquí son iguales, o mejores incluso, que los de otros centros de otras ciudades a los que han acudido los burgaleses históricamente», explican, para subrayar el trabajo realizado «desde un punto de vista diagnóstico, técnico y de seguimiento». «En Burgos ya podemos hacer el tratamiento especializado que antes no se hacía», valoran.
Salvat y Bárcena buscan la «superespecialización» y ahora la ESSKA les abre las puertas para participar en el próximo módulo, dedicado al menisco. «Antes la técnica era romperlo y quitarlo, pero ahora se intenta reconstruirlo», explican, para asumir la importancia de la constante actualización profesional. «Todo cambia con nuevos dispositivos para suturas y para reconstruir, pegar, reducir... iremos allí para que nos examinen», apuntan con orgullo estos traumatólogos que ya tienen su certificación europea en patologías de rodilla.
Sin embargo, aún queda mucho por aprender. «Cuanto más estudio, más aprendizajes y más actualizaciones tengas en un mundo como el de la medicina, mejor. Esto evoluciona día a día y es importante tener los conocimientos, las habilidades técnicas y la experiencia necesarias», zanja Bárcena.