Las ideas salen del cajón

B.G.R. / Burgos
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Dos jóvenes burgaleses y uno vallisoletano ponen marcha La fábrica de inventos, una empresa que ayuda a materializar pequeños ingenios que pueden hacer más fácil la vida cotidiana • Ya tienen una cartera de 35 clientes

Los tres responsables de este proyecto junto a uno de sus colaboradores. - Foto: diariodeburgos.es

Dicen que toda persona lleva un inventor dentro y que muchas de sus ideas se pierden en el camino, o se guardan un cajón, por no saber cómo canalizarlas o no disponer de tiempo para hacerlo. Convencidos de la certeza de lo anterior y de que existe una necesidad real en este sentido, dos jóvenes burgaleses y uno vallisoletano han decidido allanar el recorrido de quienes encuentran soluciones que permiten resolver problemas diarios o bien mejorar la vida de los que tienen a su alrededor.

Guillermo Alonso, Enrique Villena y Roberto López acaban de lanzar La Fábrica de Inventos, una empresa que actualmente solo tiene presencia en internet pero que en uno futuro contará con sendas delegaciones en Burgos y Valladolid. Se constituirá formalmente en las próximas semanas, pero dada la complejidad burocrática, lleva en marcha en la red desde el pasado mes julio. Un tiempo en el que  la cartera de clientes ha empezado a coger peso, con quince particulares y una decena empresas que demandan diseños de productos nuevos.

«Partimos de un concepto sencillo como es el de captar las ideas de la gente», explica Alonso, diseñador industrial. Es el propio inventor el que se pone en contacto con la empresa para exponer su proyecto, a partir de lo cual se firma un contrato de confidencialidad que protege la autoría del ingenio y se inicia un estudio de viabilidad por parte de los técnicos colaboradores de la fábrica, entre los que se encuentran abogados, creativos o expertos en diseño.

Ese análisis será el que determine la posibilidades de éxito del invento, ya que no todos los que llegan a esta empresa pueden convertirse en realidad. En caso de que así sea, la compañía se pone en contacto con aquellos fabricantes que pueden materializar el prototipo y respecto a la financiación cabe la posibilidad de que la asuma directamente el autor de la idea, si cuenta con recursos para ello, o bien que se asocie con la compañía y comparta beneficios.

los servicios. El asesoramiento de esta compañía abarca distintos ámbitos. Así, además de estudiar la idea trabaja en el diseño del futuro producto, en el desarrollo del mismo para aprovechar todas sus oportunidades, en la elaboración de prototipos a través de infografías que ayuden a la comercialización, en la materialización de los mismos para validar los diseños y en el contacto con los posibles clientes. A todo lo anterior se agrega el apoyo necesario para desarrollar la patente y vigilarla.

Los honorarios que cobra la fábrica por desarrollar este trabajo no son fijos, puesto que «cada mente es un mundo» y todo depende del tiempo empleado, comenta Alonso. No obstante, precisa sin dar precios que, en cualquiera de los casos, «son asequibles a todos los bolsillos». Por el momento, ya se están preparando varios prototipos de productos, si bien sus características no pueden avanzarse hasta que estén cerrados por eso del celo profesional y  de que nadie ‘robe’ las ideas.

La respuesta que está teniendo la empresa ha sorprendido incluso a sus promotores. «Es un mundo que llama mucho la atención sobre todo en estos tiempos de crisis que es cuando más se agudiza la creatividad», comenta este diseñador burgalés, aunque tanto él como sus socios siempre se han sentido atraídos por el campo de la invención. Tal es así, que de esa afición inicial ha surgido esta fábrica de inventos, la segunda que hay en el mundo -afirma- detrás de la pionera que está en Estados Unidos, para que ninguna idea se pierda en el cajón del olvido.