Dieciséis años de intenso trabajo han dado su fruto, aunque puede que el proyecto de toda una vida se quede en el camino por falta de financiación. Julio Santamaría es el creador de una máquina agrícola que ahorra tiempo, dinero y emisiones de CO2 a la atmósfera siguiendo las pautas de la agricultura de conservación. Y lo hace cambiando el sistema tradicional de siembra a través de un arado hidráulico que colocado en la parte delantera del tractor permite reducir de cinco a uno los pasos de preparación del terreno.
«La máquina realiza todo el proceso en uno; desde el movimiento de la tierra, el abono, el cultivador, la siembra en sí y el rodillo», explica su creador, que basa el origen de su idea en la defensa de técnicas más ecológicas para el campo. Porque, a su juicio, el tratamiento agresivo y el empleo de productos químicos repercuten negativamente en la salud.
Además de lo anterior, el hecho de simplificar el sistema de siembra hace que se reduzca el consumo de gasóleo y que, por tanto, disminuyan las emisiones de CO2 a la atmósfera, lo que para su inventor aporta un valor añadido a la máquina en el ámbito medioambiental. En este sentido y a pesar de que prefiere no avanzar detalles sobre su posible coste, afirma que será «bastante inferior» al de cualquier tractor.
Y es que, en concreto, se trata de un arado que se utiliza accionando un movimiento de empuje desde un vehículo tractor con un brazo bajado y otro levantado, que después giran para volver sobre el mismo surco en posición contraria, según reza en la memoria presentada a la Oficina Española de Patentes y Marcas. Una invención que también ha registrado para poder usarla en el exterior.
Este agricultor, cuyos sus vínculos profesionales tocan varias facetas, comenzó hace 16 años a trabajar en este proyecto. «Empecé a pensar cómo se podía tratar el campo de otra manera», explica quien durante todo ese tiempo realizó innumerables anotaciones en un cuaderno, a las que siguieron multitud de planos que después le sirvieron para elaborar una maqueta a pequeña escala, en cuyo desarrollo empleó otros 5 años.
Almacén de materiales
Una vez logrado el modelo llegó la hora de patentarlo, algo que consiguió en febrero de 2011, para después confeccionar un prototipo que se ha probado de forma experimental durante un tiempo con la colaboración de diez empresas. Pero su proyecto va más allá del diseño al abarcar también el proceso de producción en serie del arado. Para ello, en el año 2008 creó la empresa Construcciones Metálicas Julsa, tras lo cual adquirió una parcela de 6.800 metros cuadrados en Villalonquéjar IV (junto a la nueva fábrica de SIEX) con el objetivo de levantar una planta dedicada a la fabricación en serie de la máquina agrícola.
De hecho, el pasado mes de octubre comenzaron las obras de lo que será el futuro almacén de materiales, que ocupa una quinta parte del terreno total y que estarán finalizadas en el plazo de un mes. Sin embargo, el proyecto de fabricación podría verse truncado por motivos económicos de no conseguir apoyos públicos y financiación. «Hace dos años sí que había ayudas, pero ahora parece que no», se lamenta Santamaría.
«Después de tanto esfuerzo quiero producirla yo», comenta este burgalés en referencia a la posibilidad de que sean otras empresas del sector las que se encarguen de la construcción de la máquina. Además, agrega que en estos momentos está realizando una labor de comercialización para captar futuros clientes.