¡Peligro! Vehículo abandonado en el arcén

D. ALMENDRES / Burgos
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Tráfico reconoce el «problema» que provocan los coches, sobre todo extranjeros, dejados a su suerte tras una avería o un accidente debido a la lenta tramitación que exige su retirada. Se está a la espera de un cambio en la ley

Este vehículo que remolca una caravana lleva semanas en un arcén cerca de Quintanapalla. - Foto: Alberto Rodrigo

La Jefatura Provincial de Tráfico asume desde hace tiempo que tiene entre manos un problema que exige una solución, pero no será fácil de atajar a corto plazo porque el asunto requiere modificar la legislación actual y ganar así agilidad los trámites necesarios. Mientras tanto, los usuarios de las carreteras de la provincia -sobre todo en la AP-1 y en la N-1- se acostumbran a la presencia de vehículos abandonados en las cunetas o en las áreas de servicio a la espera de su retirada definitiva.

La intervención inmediata permite controlar, en la medida de lo posible, el peligro que suponen estos vehículos cerca de la vía mientras se resuelven los procedimientos abiertos. En cuanto la administración recibe el visto bueno se trasladan a un lugar más seguro y alejado del tráfico rodado mientras se resuelve toda la cuestión legal para proceder a su traslado a un desguace.

En algunos casos los expedientes se demoran meses. La mayoría de ellos los protagonizan coches, furgonetas o camiones de origen extranjero averiados o accidentados en las carreteras de la provincia. La actuación necesaria supone un quebradero de cabeza porqueson casos en los que los conductores desaparecen o no quieren hacerse cargo del vehículo, sobre todo porque carecen de seguro. 

Esto obliga a la administración a iniciar el procedimiento que permite tratar el vehículo afectado como residuo para desarmarlo. Esto lleva su tiempo y supone un verdadero quebradero de cabeza en algunas ocasiones por la obligatoriedad de contactar con el propietario antes de intervenir. «Es imprescindible hacerlo», explica el jefe provincial de Tráfico, un Raúl Galán que subraya la obligación de seguir la norma porque «no hay manera de retirarlos de forma inmediata con un servicio de asistencia».

Esta circunstancia «genera un problema», ya que en un primer momento solo se puede actuar para retirar los automóviles del tronco de la vía y evitar así riesgos de seguridad vial, pero el sistema es garantista y la DGT, la Guardia Civil o el titular de la vía no tienen la potestad de actuar unilateralmente sobre estas propiedades.

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