La 'locura razonante'

Angélica González / Burgos
-

El psiquiatra José Carlos Fuertes Rocañín, cuyo nombre suena como perito en el caso, asegura, «en contra de la opinión mayoritaria» de sus colegas, que el padre de los niños cordobeses es un enfermo mental grave

José Carlos Fuertes Rocañín. - Foto: diariodeburgos.es

El interés «académico» que le suscitó la personalidad de José Bretón llevó al psiquiatra José Carlos Fuertes Rocañín a acercarse «de manera informal» al caso y, a través de los datos que maneja, «buenos, fiables y de fuentes muy próximas al proceso», llegar a la impresión diagnóstica de que el presunto asesino de los niños cordobeses es un enfermo mental grave que padece lo que se denomina un trastorno delirante persistente, una patología que anteriormente se conocía como paranoia o ‘locura razonante’: «Se trata de un sujeto que tiene una ideación absurda, falsa, irrebatible por ningún razonamiento lógico y sustentada en una idea delirante que en este caso es de venganza contra su mujer».

Rocañín se opone así a lo que él considera «la opinión mayoritaria» de sus colegas, que han dado en hablar de Bretón como de una persona sana, que sabe lo que hace aunque es fría y está llena de maldad porque cree que si esto fuera así ya hubiera dado señales desde la infancia. El experto tiene sus razones para descartar una psicopatía: «Un psicópata lo es desde pequeño con conductas antisociales, frialdad, alejamiento, imposibilidad de aprender a través de castigos y la curva vital de Bretón no tiene nada que ver con esto. Hay que tener en cuenta, además, que nadie se hace psicópata de repente».

Este médico, con muchos años de trabajo en Burgos y especializado en Psiquiatría Legal o Forense, insiste en la ‘locura razonante ‘ de Bretón: «Él ha construido una realidad en la que el motor que le guía es la destrucción de su mujer. Cree que le dio a ella la oportunidad de salvar a sus hijos y que, por tanto, es la responsable de su muerte. Además, tiene antecedentes de un trastorno obsesivo compulsivo y es un hombre que ha maltratado a su mujer con su rigidez y un trato absolutamente dictatorial y autoritario con los niños, de cuya paternidad ha llegado a dudar. En este sentido, ha cosificado a los niños y si siente que son una ‘cosa’ que no es suya ha podido terminar con ellos sin mayor problema».

José Bretón, durante una de las reconstrucciones del caso.José Bretón, durante una de las reconstrucciones del caso. - Foto: Europa Press Otro punto por el que rechaza  la versión de la psicopatía o la pura maldad -«lo que no quiere decir que su conducta no sea aberrante y odiosa»- es que si fuera un psicópata se hubiera ocupado «de buscar su ganancia, su bienestar y de hacerse el menor daño posible, cualquier cosa menos autoinmolarse como ha hecho José Bretón, que, de hecho, está en la cárcel desde el principio de la desaparición de los niños; un psicópata hubiera encargado la muerte a alguien y no hubiera salido en las fotos».

También su entorno familiar le da pistas al psiquiatra para abundar en la tesis de la paranoia: «¿Por qué la familia colabora y es cómplice? Porque se da, una vez más, el caso típico de la paranoia, que es la locura inducida; los paranoicos contagian sus delirios a su entorno, sobre todo si es muy débil, como en este caso: una madre anulada, un padre demenciado y una hermana dependiente, un entorno que actúa de contenedor».

Rocañín -cuyo nombre suena como uno de los peritos que participarán en el proceso- cree que José Bretón «sabía lo que hacía». Lo que no tiene tan claro es que no tenga perturbada su libertad volitiva. En este sentido, explica que la imputabilidad de una persona tiene dos premisas: que sepa lo que hace y que sea libre para hacerlo: «Creo que él sí sabía que su conducta era una barbaridad y un delito pero habría que matizar y discutir si era libre para actuar porque sus ideas de venganza y su estado pasional le lleva a ejecutar el acto sin esta otra premisa».