El binomio formado por la ciudad de Burgos y FlyBy promete consolidarse en el futuro a corto y largo plazo. La escuela de pilotos ha alcanzado su máxima capacidad y se ha convertido en una referencia nacional desde su implantación en 2019 y en el futuro próximo se desarrollará el ambicioso proyecto que dará forma a la actividad dedicada a la formación de mecánicos. Ese reto ya es estimulante, pero aún queda otro camino por explorar: la escuela de controladores aéreos.
Esa será otra historia y aún ni se pueden intuir los plazos que llevará su desarrollo. Sin embargo, FlyBy quiere completar el círculo y, llegado el momento, Villafría partirá como una de las bases prioritarias para dar los primeros pasos.
«Crear la escuela de controladores es una aspiración que tengo desde que entré en FlyBy en 2015, pero está claro que es algo que nos llevará un tiempo», matiza Álex Álvarez, consejero delegado de la compañía.
Aún no es el momento de realizar un esbozo de la estrategia a seguir, pero sí es seguro que el aeropuerto de Villafría estará en los planteamientos de la empresa cuando el proyecto avance y comiencen los preparativos sobre el terreno. «En Burgos estamos encantados», recalca Álvarez, quien priorizará la expansión de la actividad de la empresa en su pista.
El ejecutivo va un paso más allá y aclara que la comunión entre FlyBy y la ciudad llegará hasta donde los elementos y las limitaciones permitan. «Burgos gana enteros en todas las formaciones, pero hay que tener en cuenta la meteorología», advierte.
El clima tan particular de esta latitud de Castilla será el gran escollo a salvar para garantizar la presencia de Villafría en la estrategia a largo plazo de FlyBy. «La meteorología nos lastra para los vuelos visuales, pero en todo lo demás estamos encantados en Burgos. Cuando hablo con el Ayuntamiento y la Diputación siempre les pido que cambien la meteorología, pero no lo consiguen», bromea un Álex Álvarez que opta por aguardar el desarrollo natural de los acontecimientos «a largo plazo».
La compañía insiste en su compromiso con Burgos, pero recuerda sus limitaciones
«Primero nos centraremos en la puesta en marcha de la tercera base de la escuela de pilotos (en Ocaña). Después nos meteremos en el proyecto dedicado a los mecánicos y por último vendrá la escuela de controladores aéreos», recuerda.
Burgos jugará sus opciones para que la actividad formativa dedicada a los controladores también se asiente en la ciudad. De hecho, ese planteamiento a futuro es una de las cuestiones que juega a favor de los intereses de Villafría, puesto que en el caso de que FlyBy quisiera acelerar su expansión a corto plazo pondría el foco en la adquisición de alguna empresa especializada con base en otro aeródromo.
«La única forma de que se aceleren los plazos es que optásemos por comprar una empresa que ya tuviese todas las aprobaciones en vez de empezar de cero.La licencia es europea y hablamos de cualquier compañía situada en el continente», expone Álvarez, quien reconoce que ese movimiento implicaría «disponer de las instalaciones de esa empresa donde realiza la actividad».Esta estrategia solo es una posibilidad que plantea el mercado y no significa que FlyBy haya iniciado contacto alguno, pero «está ahí». «No lo estamos mirando activamente, aunquetiene la ventaja es que se acelera los plazos para su puesta en marcha», reconoce.
Sea como fuere, esta posibilidad también puede desarrollarse con otros ciclos formativos que forman parte del programa de operaciones de FlyBy y Burgos aspirará en un mañana aún lejano a acoger la futura escuela de controladores.