Las obras de mejora de la eficiencia energética que se ejecutan en el edificio de los Juzgados de Villarcayo comenzaron a finales de verano en las zonas exteriores como la cubierta, pero entre noviembre y diciembre los operarios empezaron a trabajar en el interior del inmueble. Enseguida surgieron los problemas de convivencia entre funcionarios y obras, porque el 12 de diciembre la magistrada juez decana dirigió un escrito a la sala de gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León acompañado del acta de la Junta de Jueces en el que denunciaba una «la falta del sistema de alarma, falta de cumplimiento del plan de trabajo en algunas dependencias, así como falta de medidas de seguridad» debido a las obras.
La sala de gobierno dio cuenta del comunicado este mes, pero los trabajos siguen siendo un foco de problemas en el ya obsoleto edificio de los Juzgados de Villarcayo. Algunos profesionales de la abogacía lo califican como «un carajal», pero aseguran que «después de un año tan malo con las huelgas, las obras no están conllevando demoras y se está haciendo lo que se puede». El polvo y los ruidos son las principales consecuencias de las obras, a pesar de que el ritmo más intenso de los trabajos se lleva a cabo por las tardes e incluso noches.
Los operarios realizan estos días labores de mejora del aislamiento de paredes y techos en las diferentes salas de forma ordenada y los funcionarios que las ocupaban tienen que optar por el teletrabajo para continuar con sus tareas mientras sus ordenadores quedan tapados por plásticos. Expedientes en cajas, objetos de acá para allá, muebles en medio de los pasillos o incluso las juezas sin despacho son algunas de las consecuencias de unas obras que pocos deseaban y que costarán 378.707 euros al Ministerio de Justicia.
Sin noticias de la permuta. Desde el sindicato CSIF, Marian Codón insiste en que «al margen de las obras, siempre hemos reivindicado que las dependencias de Villarcayo no son las adecuadas por falta de espacio». La representante de CSIF afirma como los funcionarios de la planta baja, del Juzgado Nº 2 están «hacinados y casi sin ventanas». Los aislantes en las paredes ahora solo vendrán a reducir un poco más los 715 metros cuadrados de las dos plantas de los juzgados. Mientras, la negociación entre el Ayuntamiento de Villarcayo y el Ministerio de Justicia de una permuta para que el edificio de los Juzgados pase a manos municipales y los funcionarios y jueces se trasladen al antiguo Liceo, ahora propiedad del Ayuntamiento, sigue abierta, pero sin avance alguno. Por ello, los grupos parlamentarios del PP en el Congreso y el Senado van a preguntar al Ministerio de Justicia por sus planes para Villarcayo.
Codón recuerda que antes del comienzo de los trabajos «pedimos todas las medidas de seguridad posibles en el Comité de Salud Laboral de la Gerencia de Justicia y planteamos que no se hicieran las obras con los funcionarios dentro del edificio». «Veíamos más viable que se trasladarán a otro espacio para evitar incomodidades a los funcionarios y a los ciudadanos, pero se nos denegó», continúa. «Para nosotros era lo prioritario», insiste la portavoz de CSIF, quien tiene noticias de que las obras concluirán en marzo, si no surge ningún contratiempo. Donde restan más tareas es en el Juzgado Número 2, mientras ya se ha avanzado más en las dependencias del 1 y se han terminado los trabajos en la única sala de vistas de los dos juzgados.