La avispa asiática se hace fuerte en el norte de Burgos

G. ARCE / Burgos
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La que invade Merindades procede de dos hembras diferentes, una venida desde Francia y otra de Portugal, lo que consolida su solidez genética. El cambio climático está haciendo el resto y será muy difícil erradicarla

Una obrera de ‘Vespa velutina’ ataca a una obrera de ‘Apis mellifera’ en una colmena. - Foto: Luis Óscar Aguado

La avispa asiática (Vespa velutina) ha venido para quedarse, se está haciendo cada vez más fuerte y seguirá alterando la diversidad biológica y, muy especialmente, la apicultura y la agricultura allá donde se asiente. Solo el clima continental de la meseta y los páramos, con sus drásticos extremos de frío, es la única y última barrera que mantendrá a esta especie exótica invasora acantonada a lo largo de la cornisa cantábrica, lo que incluye a todo el territorio de Las Merindades, la Bureba y buena parte del norte de la provincia de Burgos.

Los expertos que estudian a este insecto originario de Asia y llegado a Europa a través de mercancías transportadas en buques mercantes, tienen claro que su erradicación en España es ya prácticamente imposible, máxime si el cambio climático suaviza los inviernos y abre nuevos territorios de invasión, y si las políticas de control y erradicación no son las correctas, como está ocurriendo.

El entomólogo Luis Óscar Aguado, gran conocedor de los insectos que habitan la provincia, lleva diez años estudiando a la velutina y es pesimista sobre la evolución de esta preocupante invasión. Ya en su origen hay un detalle que parece que no tienen en cuenta las Administraciones encargadas de la detección, seguimiento y control de esta especie, en nuestro caso la Junta de Castilla y León.

La avispa asiática que habita Burgos no solo accedió a través de la frontera francesa en País Vasco y Navarra en 2010, sino que es fruto de la unión con otra rama familiar que entró desde los puertos marítimos de Portugal. «Esto ha provocado que en la cornisa cantábrica se encuentren machos y hembras de diferentes madres y se genere una duplicidad de cromosomas, por lo que la especie es más sólida, va a prosperar y a adaptarse al territorio».

La naturaleza es, una vez más sabia.Las hembras de las avispas 'almacenan' el esperma de los machos y lo utilizan cuando lo necesitan a lo largo de meses. Esto quiere decir que las que vinieron originariamente de Asia a los puertos europeos ya tenían su carga para posteriormente poner los huevos de machos, obreras y también de nuevas reinas. «Si solo hubiese sido una sola hembra, la especie habría degenerado, como ya está ocurriendo en Francia».

(Más información y fotografías, en la edición impresa de este sábado de Diario de Burgos)