Hace unos años, los vecinos de Covarrubias descubrieron una fotografía panorámica con dos torreones, el archiconocido de Fernán González y otro que custodiaba el puente y en el que se pagaban los portazgos (impuestos para poder cruzar). Saben que se tomó antes de 1888 porque, según el párroco Rufino Vargas fue en ese año cuando se echó abajo la construcción fortificada para ampliar la villa rachela.
En las décadas siguientes, cientos de ciudades y villas siguieron los pasos de Covarrubias. 'Fue la proliferación del automóvil la que nos hizo desmontar la mayor parte de las torres que existían en los puentes antiguos. Los coches necesitaban una calzada más ancha y todo el puente era fácilmente ampliable de múltiples formas, pero para aprovechar el espacio que ocupaban las torres no había más solución que su desmontaje', escribe el ingeniero Carlos Polimon en la guía que acaba de lanzar GeoPlaneta con una selección de estas obras de ingeniería, que constituye a su vez una lección de historia, de geografía, de arquitectura...
De puentes por España. Un paseo por 100 imprescindibles destaca entre ellos el puente de Frías como el «caso más puro» de esa torre de pontazgo. 'Si enfrentamos el puente en dirección a Frías, podemos reproducir fielmente el recorrido de un viajero del medievo. Ascenderíamos el suave lomo de asno y, al llegar a la torre, algún soldado detendría nuestro paso. Sobre nosotros, desde el matacán -balcón volado-, podrían dejar caer proyectiles o líquidos, o abatirnos desde las saeteras sobre la puerta. En las dovelas del arco de entrada vemos unos rebajamientos para encajar la puerta y, tras ella, perforaciones en el muro para poder atrancarla. Todo un fortín para defender el acceso a la ciudad y hacer cumplir la obligación de pago', describe evocador el autor de esta nueva publicación, conocido en redes sociales como The General (@johnygrey).
Con el número 81, abre el capítulo ‘Puentes singulares’ el acueducto de Abánades (Melgar) del Canal de Castilla, tan desaprovechado entonces, por la llegada del ferrocarril, como ahora, por la falta de promoción turística. - Foto: ValdivielsoJunto al puente de la ciudad más pequeña de España aparece otra joya de la arquitectura burgalesa, bastante menos conocida: el acueducto de Abánades o Puente del Rey. Como todo el trazado provincial del Canal de Castilla espera paciente a que algún visitante venza la desidia promocional de las administraciones y se acerque a contemplar su impresionante porte.
A este paso sobre el río Valdavia (antes Abánades) se llega desde Melgar de Fernamental por la ruta del Canal de Castilla, construido en los siglos XVIII y XIX para el transporte de cereal en barcazas. Ese destino marca precisamente su diseño, como se destaca en la guía. 'Si bajamos ahora al cauce veremos la diferencia fundamental con un puente de ferrocarril o carretera: sobre los arcos hay una gran altura de sillares hasta la coronación. Es el espacio necesario para alojar el cajero del canal, con calado suficiente para el tránsito de embarcaciones. Si nos fijamos en los puentes de la época y anteriores, nunca veremos una altura similar sobre la clave de los arcos. Bajo los arcos, las filtraciones del canal -mayores que en puentes normales- nos avisan de que encima tenemos una gran masa de agua', escribe Polimón.
De Puentes por España (GeoPlaneta, 27,50 euros) está escrito sin incluir apenas tecnicismos, con dibujos explicativos y fotografías, y dividido en 10 capítulos. En el primero se repasan las diferentes tipologías y en los siguientes se agrupan por su huella en la historia (Frías) o como ejemplo de viaductos, puentes supervivientes, aquellos que ostentan algún récord, por su relación con la ciudad y con el paisaje, la forma, las singularidades (Abánades) y los nuevos enfoques dados en el siglo XXI. Empieza con el Puente de Bibei (Orense) y acaba con el de Abetxuko (Álava), aunque se puede leer sin guardar un orden. El autor, además de su objetivo didáctico, busca que el lector aprenda visitándolos. «Yo he estado en todos, puedes ir sin miedo porque no he incluido ninguno que no pueda verse bien ni que tenga mal acceso», concluye.