Entre el próximo miércoles, 31 de enero, y primeros de febrero se acaba el contrato en el HUBU de unas 150 enfermeras, que apenas diez días antes del finiquito todavía no saben si las renovarán o las despedirán. Esta cifra equivale al 16% de la plantilla de enfermería de todo el hospital, en el que hace años que hay un porcentaje muy alto de interinidades en esta categoría y, por tanto, mucha inestabilidad: en cuanto surge una opción mejor que Burgos, se van. De ahí que el sindicato mayoritario en la profesión, SATSE, ahora reclame que se mantenga «el 100% de la contratación» sin obviar críticas a la dirección del HUBU por lo que consideran «falta de previsión».
Uno de cada cuatro puestos de enfermería del hospital (el 25%, aproximadamente) no están cubiertos por profesionales con plaza fija, por lo que hay que contratar a personal temporal para prestar la asistencia. El año pasado, el HUBU se esforzó por atraer enfermeras y ofreció contratos 'largos' (de entre siete y nueve meses) para poder competir con su entorno, especialmente con el País Vasco, y garantizar que podría mantener toda la actividad tanto en verano como en otoño y en lo peor del invierno.
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