Tras un biombo para no tener ni siquiera contacto visual con el hombre que la tuvo retenida en un coche durante tres días, Kiril B.N., de 53 años. Así declaró ayer Aksinia V.M., la mujer de 45 años que un amplio dispositivo de la Guardia Civil estuvo buscando en julio por el entorno de San Martín de Rubiales, localidad donde residía con el que había sido su pareja, y que ayer era juzgado en la Audiencia Provincial de Valladolid por maltrato habitual, lesiones, amenazas graves continuadas, coacciones, acoso y detención ilegal. Esta mujer relató ante la sala el calvario sufrido desde que llegó a España desde Bulgaria.
Ayudada por una intérprete, ante el escaso dominio del castellano que tiene, al igual que el acusado, la denunciante confirmó que la relación sentimental había empezado en el país de origen de ambos y que acabaron viviendo en San Martín de Rubiales. «Al llegar a España, desde el primer mes ya me pegaba», confesó la víctima, asegurando que «ni mira cómo y dónde me da, con los nervios no se controla». Una situación de miedo que llegó hasta el punto de no poder salir sola a la calle y que le impidió denunciar antes esta situación. «Todo el mundo tenía miedo de él, ¿a quién me iba a quejar?», se lamentó a preguntas del Ministerio Fiscal.
(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)