Lo de mirar al cielo pasó a la historia. Las nuevas tecnologías permiten que los fruticultores de Caderechas dispongan de la información que a ellos más les preocupa al momento y detallada, se encuentren en la zona o a mil kilómetros de distancia. Y las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología no resulta nada alentadoras. «Más calor. Llegaremos a 18 grados el sábado», comenta un preocupado Germán.
En la anterior campaña no recolectó ni un solo kilo de cerezas entre los 7.000 árboles que cultiva porque las heladas acabaron con la producción. Este año, por primera vez, las ramas muestran un aspecto poco habitual para esta época del año, y unas abultadas yemas -que dan origen a la flores- se dejan ver con el brillo habitual que lucen en marzo. «Ahí viene el problema», interviene José. «Acabamos de entrar en febrero y los árboles lucen como en primavera», declara.
Las consecuencias que acompañan a este clima anómalo son visibles en las localidades ubicadas en la zona baja del Valle, como Cantabrana, Terminón o Salas de Bureba, generando una gran preocupación entre los trabajadores de las tierras, que aún no han olvidado el desastre de 2023. «El proceso se está acelerando y como el calor perdure tengo claro que la floración se adelantará. No sé en cuantos días porque nos enfrentamos a una situación excepcional y desconocida por todos los que nos dedicamos a esto, pero lo que está pasando ahora, en otras campañas ha ocurrido un mes más tarde», añade el salense.
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