A Noa se le ilumina la cara cuando habla sobre ayudar a sus compañeros. Mira con orgullo la credencial que cuelga de su cuello y hace memoria para recordar las preguntas que hay que formular cuando alguien se encuentra en problemas:cómo te sientes y cómo te afecta la tesitura en la que te encuentras.
Esta estudiante de quinto de primaria del colegio Juan de Vallejo sabe que las emociones son la base de todo y que una buena educación asertiva es fundamental para evitar ciertas situaciones. Así lo corrobora Beatriz Fuster, la jefa de estudios del centro, que afirma que la figura del mediador escolar no solo interfiere en conflictos de diverso calado entre estudiantes, sino que trabaja en la prevención de una manera acentuada.«No es que no vaya a haber problemas, es que en el momento que ocurren hay que saber identificar las herramientas necesarias para poder solucionarlo». También es muy importante reconocer qué ha pasado para que una persona haya entrado en conflicto con otra, remarca.
Los alumnos ayudantes no solo actúan como intermediarios en situaciones peliagudas;ejercen una importante labor a la hora de prevenir conductas, acompañan a los compañeros en momentos difíciles e integran a aquellos que tienen más dificultades para socializar. «Son alumnos con la inteligencia emocional muy desarrollada», sostiene Fuster. Son estas capacidades precisamente las que sorprenden a Silvia Alonso, coordinadora de convivencia en el CEIP Sierra de Atapuerca:«Estoy impresionada con la soltura de los alumnos, se nota que por detrás hay un trabajo increíble».
La perseverancia, además de la comprensión, es un valor imprescindible. - Foto: ValdivielsoEl colegio Sierra de Atapuerca es la primera vez que participa en un encuentro de alumnado ayudante y mediador, en el que han tomado parte otros ocho centros más de la provincia: los CEIP Juan de Vallejo, Miguel Delibes, Fuentes Blancas, Saturnino Calleja, Claudio Sánchez Albornoz, Ribera del Vena, La Charca y Condado de Treviño.
Sin embargo, no todos los centros de Burgos tienen equipo de alumnos ayudantes. Normalmente hay dos mediadores por clase, dos niños que son elegidos tras un proceso de encuestas en el que se tienen en cuenta varios parámetros, como la empatía o la predisposición a ayudar, y unos sociogramas en los que se comprueba qué alumnos tienden a ser más psicosociales.
Cuando se trata de un conflicto delicado, nunca realizan una intervención solos
En el caso del Juan de Vallejo, colegio anfitrión del encuentro provincial en esta ocasión, hay 18 ayudantes entre los cursos de cuarto a sexto de primaria. «Hay de todo», explica Beatriz cuando responde a la pregunta de si hay paridad entre chicos y chicas a la hora de prestarse a esta labor, que implica más que otra cosa, solidaridad. Sin embargo, Noa y Elvira Alonso, alumna ayudante del CEIP Fuentes Blancas, lo tienen claro: «Hay más niñas, porque transmitimos más confianza y sabemos manejar mejor las emociones».
Además, ambas aseguran que lo que aprenden también se puede aplicar fuera del colegio, porque se trata de identificar y canalizar los sentimientos que, en ocasiones, no saben dar salida. «No solo los buenos», puntualiza Silvia, «también se trabaja con los negativos, ya que al final son los malos los que más cuesta sacar».
De igual forma, resalta la trascendencia de la prevención: en el Sierra de Atapuerca cada trimestre realizan, desde los tres años hasta que finaliza el ciclo de primaria, unas dinámicas de convivencia en las que educan en valores como el diálogo o la escucha activa.
Formación. Tras una presentación inicial en el encuentro, donde tomaron parte entre cinco y ocho alumnos ayudantes por cada colegio y en los que se puso en valor el esfuerzo y la perseverancia como cualidades imprescindibles para ser un buen mediador, se realizaron dos talleres que trabajaron los círculos del diálogo y una dinámica de grupo o roleplay. Esta última actividad escenificaba un conflicto a resolver y animaba a poner en práctica las herramientas ya interiorizadas en ese supuesto.
A principio de curso también se proporciona formación, materiales y recursos para formar a alumnos mediadores en el CFIE de la ciudad, habiendo prácticas restaurativas de nivel uno y dos.