La Universidad de Burgos, a través de su Fundación General, se encuentra a punto de firmar el contrato con el centro acreditado que completará las clases teóricas, así como la impartición de las prácticas, de la tercera promoción del grado propio de piloto. Será otra vez la escuela FlyBy, con sede en el aeródromo de Villafría, la que se ocupará de este cometido desde este curso y hasta el ejercicio lectivo 2027-2028, repitiendo así un cometido que viene ejerciendo desde que la institución académica implantara hace dos años estas enseñanzas y convocara el primer concurso para contratar la mencionada formación complementaria. 

La licitación se publicó a finales del pasado mes de agosto y tan solo FlyBy se presentó al proceso. La adjudicación se produjo la semana pasada, tal y como queda registrada en la Plataforma de Contratación del Sector Público, con un presupuesto de 3.780.000 euros (impuestos incluidos), lo que supone una rebaja de 252.000 euros respecto al inicial, que superaba los 4 millones. Se trata de un montante muy superior al del primer concurso, que ascendió a 1,7 millones de euros, debido a la decisión de la UBU de duplicar el número de plazas ofertadas por la buena respuesta del título entre el alumnado y las obligaciones marcadas por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) en lo que se refiere a la ratio máxima de estudiantes por aula.

De esta forma, y a partir de este mismo curso académico, las vacantes de nuevo ingreso pasan de 28 a 56. La previsión de matrícula ronda los treinta alumnos, el doble que hace un año y llevará consigo la habilitación de dos clases. No obstante, el plazo de inscripción  se encuentra abierto hasta el inicio del grado, cuya jornada de bienvenida se celebrará el próximo 14 de octubre. Una vez que superen los 204 créditos en los que se estructura este título de tres años de duración se convertirán en la segunda promoción de pilotos comerciales para el transporte de personas y mercancías que saldrá del campus burgalés. La primera lo hará en junio de 2025 también bajo la instrucción de la escuela FlyBy.

El concurso convocado por la Fundación General de la UBU, de quien dependen las titulaciones propias de la institución, trae consigo novedades más allá de la ampliación del número de plazas que atañen a una mejora de la formación de los estudiantes al incluir más horas de clases teóricas y prácticas, así como de vuelo. Las del primer bloque suman un total de 902, incluyendo la adquisición de conocimientos de operaciones en cabina (requisito imprescindible para obtener la licencia), mientras  que 278 corresponden al segundo. Esta carga lectiva se completa con otras 870 horas impartidas en la Escuela Politécnica Superior por parte de profesorado de la academia y que abarca desde asignaturas técnicas vinculadas al mundo de la ingeniería a materias que tienen que ver con el ámbito empresarial.

A los aspectos estrictamente académicos, hay que añadir la realización de los exámenes oficiales de la AESA y el proceso de tramitación de los pertinentes permisos para poder ejercer como piloto (ATPL), cometidos que corren a cargo de la escuela acreditada (ATO) adjudicataria del concurso.