Un espacio propio para el Parkour

SELMA ASILÁ / Burgos
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Los jóvenes aficionados de Burgos disfrutan desde hace un año del parque destinado a este deporte en Gamonal, pero no están satisfechos con su diseño

Practicando parkour en el Parque Buenavista (en el G-9, en Gamonal). - Foto: Sara Ibáñez

En los Juegos Olímpicos de París se han incorporando diferentes deportes y modalidades, como la disciplina de vela kitesurf o el slalom extremo, que pertenece a los deportes con kayak. Además, dentro de los urbanos se ha aceptado el Breakdance. En Tokio 2020, se presenciaron por primera vez competiciones de skateboarding o BMX, los cuales han seguido teniendo un espacio en París 2024. Sin embargo, el deporte urbano que no ha tenido cabida en la capital francesa ha sido el parkour. Esta disciplina consiste en «pasar de un punto a otro de la manera más eficiente posible», explica el traceur burgalés Sergio Picón, y detalla que «hay personas que en el recorrido hacen acrobacias y otras que prefieren ir lo más rápido posible».

Sergio Picón, junto a Mario Peláez y Mario González, jóvenes burgaleses aficionados al parkour o traceurs (rastreador en francés), propusieron construir el primer parque de esta disciplina de la ciudad. El 25 de agosto de 2023 se inauguraron las pistas en el Parque Buenavista (G-9).

El parque lleva un año en funcionamiento y los muchachos que lo frecuentan están contentos con que haya un espacio para esta disciplina. Asimismo, consideran que le falta mantenimiento y limpieza, porque siempre hay basura, como trozos de cristales, es peligroso a la hora de saltar. Tampoco están satisfechos del todo con la distribución de los elementos disponibles en el parque. «No conectan las piezas tan bien como lo planteamos, aun así se agradece que nos hayan hecho un parkour park», afirma Mario González, traceur implicado en su diseño, que recalca que es una zona más en Burgos y que enriquece la ciudad. 

Los tres muchachos, con la ayuda de un amigo que ya había planteado dos 'parkour parks' en Valladolid, se encargaron de trazar unas pistas aptas para realizar ejercicios tanto niños, como mayores. El traceur Mario Peláez remarca que ellos propusieron «un diseño y lo modificaron de forma que no tenía sentido. Por ejemplo, incluyeron muros con los que no puedes hacer nada». Además, una vez inaugurado, comprobaron que habían alzado varios elementos a un nivel que no era útil para realizar acrobacias y saltos. «Cuando llegamos al parque nos dimos cuenta de que las medidas eran una locura, como vallas que debían tener cierta altura y llegaban a la mitad», destaca Peláez.

Antes de su construcción, los jóvenes aficionados a este deporte tenían que practicar en la calle, buscando espacios con elementos urbanos apropiados para desarrollarlo, como la Plaza de las Bernardas. «Cualquier sitio con dos muros y un bordillo sirve de zona. Seguimos yendo, pero con el parque hay más variedad en los entrenamientos», comenta MarioGonzález. Este burgalés se inició en la disciplina a raíz de la recomendación de un amigo que lo practicaba. Según Sergio Picón, los valores del parkour son la comunidad y el progreso en conjunto. Por ello, Mario Peláez asegura que «cualquiera que esté interesado y que nos vea, que no dude en acercarse. Estamos abiertos a enseñarles».