Salva Camps ya está a los mandos del Grupo Ureta Tizona desde la semana pasada y, tras esa primera toma de contacto con su nueva plantilla, ha sido presentado oficialmente. En dicho evento ha asegurado que su fichaje "fácil no fue por situaciones personales", aunque reconoce que "la filosofía del club seguida en estos últimos años encaja muy bien con mi manera de entender el baloncesto. Eso ayudó a que llegáramos a un acuerdo".
Se muestra ambicioso, aunque no quiere fijarse objetivos: "Si no pensara que podemos luchar por el ascenso no estaría aquí, no hubiera aceptado este reto. Fácil no es, pero no miro mucho más allá. Quiero entrenar lo mejor posible mañana. Y el jueves estaré pensando en el viernes. La mejora se consigue con el trabajo diario", asegura el preparador catalán, que contará con un integrante más en su cuerpo técnico de lo que tenía Diego Ocampo. Además, el Tizona ha incluido a un fisioterapeuta, un nutricionista y un psicólogo.
Para Camps, que ha firmado por dos años con el club del Polideportivo El Plantío, prima practicar "un juego divertido aunque sea arriesgado. Tiene su peaje, pero será dinámico, con alegría. Para eso el esfuerzo será un pilar fundamental", remarca con consecuencia con la línea definida en el proyecto desde hace unos años.