El aeropuerto de Burgos agota las opciones para resultar atractivo, tanto para los operadores comerciales como para las compañías logísticas. Ninguna de las dos alternativas presenta soluciones viables a corto o medio plazo, pero Villafría jugará sus bazas con la mano que le ha tocado y un camino aún por explorar es la posibilidad de atraer una fórmula 'a la carta' que impulse la actividad bloqueada desde diciembre de 2021.
El planteamiento pasa por explotar las posibilidades del aeródromo con una fórmula mixta en la que los vuelos para pasajeros y mercancías puedan compartir un espacio más reducido que el habitual en los vuelos regulares comerciales o en las rutas de carga. Una apuesta que ya intentó sin fortuna el Ayuntamiento hace 10 años con la llegada al aeródromo de la firma Aeronova procedente de Valencia como base de mantenimiento de sus aerotaxis.
Estos servicios se desarrollan a través de aeronaves más pequeñas con capacidad para 15 o 20 pasajeros que compaginan el transporte de viajeros con el de pequeñas mercancías a través de diferentes canales de distribución aérea. Estos vuelos pueden resultar interesantes para las compañías si se dan las condiciones adecuadas para todas las partes y Villafría ha vuelto al escaparate.
En los últimos meses consta el interés mostrado por dos firmas del sector -una nacional y otra extranjera- para incluir a Burgos en sus respectivas rutas, si bien estos contactos iniciales han encallado por las exigencias económicas planteadas como contraprestación a su desembarco en el aeródromo.
Una de ellas exigía un elevado canon por operar desde Burgos y la segunda planteaba una serie de garantías cubiertas por la administración que tampoco tenían recorrido bajo esas condiciones.
El actual equipo de Gobierno ya ha dejado claro en más de una ocasión que no invertirá más dinero público para impulsar rutas regulares como la que conectó en su momento con Barcelona. Tomando esta premisa, tampoco hará ese tipo de esfuerzos para poner en marcha otras iniciativas como las rutas de aerotaxi.
No es la primera vez que el sector se fija en el aeródromo burgalés como opción para activar este tipo de vuelos. Además de la experiencia protagonizada por Aeronova, cabe recordar que en 2021 el entonces presidente de Promueve, Vicente Marañón, viajó hasta Portugal para reunirse con la compañía lusa Sevenair y visitar sus instalaciones en Cascais. La idea era que la aerolínea tuviera base en Burgos para operar en función de las necesidades de la ciudad, pero pronto se desechó por su escasa capacidad de comercialización.
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