Es frecuente en estas fechas echar una mirada hacia atrás para ver cómo ha sido el año. Se hace un balance, que es un estudio comparativo de las circunstancias de una situación, o de los factores que intervienen en un proceso, para tratar de prever su evolución. O eso dice la RAE, el balance es comparativo y nos muestra avances o retrocesos en un periodo de tiempo.
2024 nos ha dejado claro que en los foros internacionales sobre el Cambio Climático es muy importante abordar los retos medioambientales desde una perspectiva integral. Esto nos demuestra que es posible avanzar más allá de los Acuerdos de París (2016), e incluso realizar una transición hacia un modelo de producción sostenible y respetuoso con la naturaleza.
Este año, que en cuatro días se acaba, será recordado por la DANA que asoló en octubre algunas comarcas del sureste español. Esta vez en España hemos sentido las consecuencias del Cambio Climático en nuestras propias carnes. No obstante, hemos de ser optimistas. Este año se ha aprobado el Reglamento sobre la Restauración de la Naturaleza, para proteger el 20 % del territorio marino y terrestre europeo de aquí a 2030 y todos los ecosistemas que necesitan restauración de aquí a 2050. En nuestro país, el 56 % de la electricidad generada a lo largo del año procede de energías renovables, lo que es una buena noticia para la descarbonización, si bien queda aún recorrido para llegar a una correcta planificación territorial que sea respetuosa con la biodiversidad. Y en la provincia de Burgos, tres osos pardos se han paseado este verano por zonas del norte y las águilas imperiales crían y prosperan gracias a la presencia de conejos, su presa favorita.
Ahora bien, hay otro balance más importante y atemporal que nos ayuda a entender nuestro mundo desbalanceado. Todo tiende a un balance en un equilibrio dinámico, apunta el Dr. Gershenson, que ha desarrollado la Teoría General del Balance. Si comprendemos qué lleva a los sistemas, organismos y sociedades a un estado en equilibrio y qué cosas los desestabilizan, nos podremos enfrentar mejor una gran variedad de problemas.
Recuperar el balance natural de las cosas puede ser un buen deseo no solo para el año próximo, también para los siguientes. ¡Felices fiestas y próspero 2025!