Lo siento, no encuentro poesía en los números. Estoy cerrando trimestre porque sí, porque Hacienda somos todos, pero aún no he conocido a la persona que me convenza de la belleza de hacer cuentas. Mi total admiración hacia aquellos que ven luz en los guarismos. Pero voy al tema. En estos días que estoy haciendo cábalas para cuadrar facturas, pagos, cobros e "ivas", recibo una solicitud de firma en una campaña que pide al gobierno equiparar el IVA del arte vendido en galerías al cultural. Me explico: todos hemos oído hablar del IVA cultural, que graba al 10% las entradas a un concierto de música, a un museo o una corrida de toros, entre otros. También incluye las obras de arte compradas directamente al artista. Cuando una obra se adquiere en una Galería, el IVA aplicado es del 21%. Así, un mismo cuadro, por ejemplo, puede tener dos tipos impositivos distintos en función de a quién se compre.

Sobre esta base, lo lógico es pensar que, si quieres comprar arte, lo hagas directamente con el artista porque sale más barato. Para evitar esto, uno de los acuerdos entre galerías y artistas es que, se compre a quien se compre, el PVP sea el mismo. El mayor problema llega cuando la Galería debe participar en ferias en las que hay presencia de otras internacionales. Alemania aplica el 7% de IVA o Francia el 5,5%. Frente al 21% español… creo que está claro: no somos competitivos. Esto, además, perjudica a todo el mundo del arte español, que no son sólo artistas o galeristas, implica a comisarios, museos, transportistas, administrativos, montadores, decoradores, enmarcadores, profesores…

Las galerías son centros con programación cultural continua que ponen al alcance de todos los ciudadanos, de forma gratuita, lo último del arte contemporáneo. Son dinamizadores y agitadores que debemos considerar necesarios (lo sé, no soy objetiva, pero muestro mi realidad). Tenemos hasta el 31 de diciembre de 2024 para terminar con esta discriminación