Jesús de la Gándara

La columnita

Jesús de la Gándara


Trolas y aladroques

27/04/2024

¡Cómo está el patio, señoras y señores! Cuánta facundia y qué poca enjundia.

Supongamos lo siguiente: El director del Diario, o usted, opinan, o dicen, que yo miento. Caben dos opciones, que sea verdad, en cuyo caso no sé porque él me deja escribir y usted me lee; o que no lo sea, en cuyo caso él es un mentiroso y usted lo consiente. En ambos casos, mal para los tres. Ese tipo de conjeturas se llaman aporías, que son contradicciones lógicas, o paradojas sin solución. Si eso sucede entre nosotros, mal, pero si ocurre en un Parlamento, con protagonistas que son representantes públicos, la única solución es que dimitan y regresen a sus trabajos, si es que los tenían, a currar y cotizar, en vez gastar nuestros recursos y nuestra paciencia, perdiendo la compostura y la dignidad. ¡Y ya no hablo más! Que no está el patio para tanto pensar.

Pero, como me queda espacio, voy a hablar de dos palabras muy curiosas y poco usadas: trolas y aladroques. Trola, qué palabra tan sonora y descriptiva. Significa engaño, falsedad o mentira, y es sinónimo de patraña, cuento y bola. Fíjese qué palabra tan significativa. De trola viene trolear, que es incordiar falsamente en internet, y se podría emparentar con trile y trilero, que es un estafador callejero. Es decir, en ambos casos, gentes de mucha labia y poca sabia, valga el ripio. 

Sigamos. Trola parece que esta emparentada, vía lengua árabe, con la palabra aladroque, que es un pez que tiene un cuerpo pequeño, alargado y vistoso, azulado o verdoso, y una boca muy grande. Ahora lo veo claro, ¡troleros y bocazas!, eso son que cometen las aporías, gentes de mucha labia y poca savia, pero ahora con v, para no repetirme, que a nada que te descuidas te aturullan la cabeza y te vacían el bolsillo. 

Conclusión: ¡Qué bonito es el lenguaje!, y qué listo, y que útil para hacer cosas buenas, como aprender y enseñar, compartir y divertir. Pero, también, qué peligroso puede ser cuando se usa sin comedimiento ni veracidad. Aunque, bien pensado, si, al menos, lo que hacen los parlamentarios nos sirviera para cotillear y divertirnos, ya sería algo. Aunque, tal vez, sería mucho más barato e instructivo, y nos divertiríamos más, leyendo un diccionario. 

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