Luis Miguel de Dios

TRIGO LIMPIO

Luis Miguel de Dios

Escritor y periodista


Errejonazo

29/10/2024

Reconozco mi torpeza, pero, en el caso Errejón, cuanto más noticias y opiniones se publican, menos entiendo. Todo el mundo habla de trasparencia, claridad, reacción contundente del propio don Íñigo y de Sumar, ningún gran cambio político esperado, pero en el ambiente flotan demasiadas incógnitas y una sensación rara de desconcierto. Además, el asunto ha entrado de lleno ya en el terreno de la "alta política". O sea, el PP le está sacudiendo a Pedro Sánchez casi como si el presidente del Gobierno fuera el acosador y el responsable de la violencia sexual del ex portavoz del grupo de Yolanda Díaz, lo que equivale a decir que, durante unos días, tendremos algo menos de Begoña Gómez y Ábalos y raciones extras de Íñigo Errejón. Que Errejón se metía con las mujeres sin esperar el "solo sí es sí", como defendía en el Congreso, pues el responsable es Pedro Sánchez por no pedirle, u obligarle, a Yolanda Díaz a cesar a su portavoz. Esta es, más o menos, la secuencia que hemos vivido este fin de semana. Claro que a todo ello ha contribuido el silencio de la líder de Sumar, que andaba por Colombia, y las confusas y deprimentes explicaciones de Ernest Urtasun y otras compañeras mártires en una comparecencia que más pareció un funeral que una rueda de prensa seria y aclaratoria. Tampoco nos sacó de ninguna duda el comunicado de Íñigo Errejón, todo un vano intento de contarnos que él más que verdugo fue víctima de un ambiente y unas situaciones en las que se desarrollaron sus contradicciones y una lucha despiadada entre "personaje" y "persona". Era Errejón de día e Íñigo de noche. ¿Y supo ocultarlo? Hay opiniones. Su ex novia Rita Maestre afirma que no se enteró de nada mientras mantuvieron relaciones. Otras versiones aseguran que sí se sabía, pero se tapó. Y ahí puede estar la clave de lo que suceda en el futuro con Sumar. No parece que vaya a afectar al gobierno de coalición, pero… Pase lo que pase, lo que está clarísimo es que el caso Errejón es un errejonazo en todo lo alto para la izquierda y el feminismo. Su alcance, al menos simbólico, es de los que hacen mucho daño. La herida tardará en cicatrizar.