Tras la declaración del conseguidor, Víctor de Aldama, ante el Tribunal Supremo se comprueba que el 'caso Koldo' se está quedando pequeño a efectos políticos y que se pretende convertirlo en el 'caso PSOE', porque el primero está relacionado con un nexo corruptor, un asesor que se sobrepasó en sus funciones y un exministro que pudo verse obnubilado por el dinero fácil y unas circunstancias personales difíciles. Un caso de corrupción de escala personal utilizando las estructuras del Estado, pero sin la repercusión de un caso de financiación ilegal de un partido político.
Ni Koldo García, ni el exministro José Luis Ábalos, han tirado de la manta para dejar con los pies al aire al PSOE. Y las declaraciones de Víctor de Aldama ante el juez del Supremo que instruye el asunto, Leopoldo Puente, acerca de que "muchas veces" tanto Koldo como Ábalos le dijeron que parte de las comisiones procedentes de las mordidas por las concesiones de obra pública a determinadas empresas, no vino acompañada de pruebas fehacientes de que eso hubiera sido así. Tampoco la empresaria que dijo haber entregado 90.000 euros en la sede de Ferraz, pudo determinar a quien se los entregó. En definitiva, unas declaraciones que no sirven como prueba judicial de que el PSOE se haya financiado ilegalmente. La conversión de estas declaraciones en el 'caso PSOE' tendrá, en todo caso, que esperar a la aparición de pruebas que confirmen las insinuaciones.
Que la declaración de Koldo García ante el Supremo haya coincidido con la puesta en libertad del tesorero del PP, Luis Bárcenas, después de haber cumplido las tres cuartas partes de su condena y haber mostrado arrepentimiento por su actuación delictiva como factótum de la 'caja B' del Partido Popular, es una casualidad que muestra la distancia existente entre las sospechas sin comprobar y la confirmación de unos hechos acreditados por el Tribunal Supremo. Se entiende por tanto que una mera referencia al destino de las comisiones sea aprovechada por el PP para tratar de igualar a ambos partidos en el ámbito de la corrupción. Como el asesor de Ábalos negó haber cobrado comisiones no tenía sentido preguntarle si había dado una parte al PSOE para su financiación.
Como ocurre en todos estos casos de corrupción política las pruebas de las denuncias del principal descubridor de la trama van cayendo con cuentagotas y así ocurrirá en los próximos meses, aunque en este proceso los señalados por su dedo le llevan ventaja a la hora de presentar documentos para su defensa. El juez instructor cuenta, sobre todo, y a la espera de que se conozca si Aldama le ha trasladado más documentación, con el informe de la UCO en el que se apuntan las relaciones entre los tres principales inculpados, pero también con los tres informes redactados por el Ministerio de Transportes que dirige Óscar Puente, para negar adjudicaciones irregulares a empresas relacionadas con la trama; con el escrito sobre las contradicciones de Aldama presentado por Ábalos y por las declaraciones negando las concesiones fraudulentas de la mayor parte de las empresas citadas por el 'nexo corruptor'.
Víctor de Aldama tiene que pasar de las musas al teatro en las acusaciones directas contra el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, y el ministro Ángel Víctor Torres, con el cobro de supuestas comisiones, y sobre el uso que habrían hecho de distintos apartamentos para "encuentros de diversa naturaleza".