No pronunció el Rey ninguna frase a la que se pudiera sacar punta política, no dio pie a que los analistas perciban indicios de distanciamiento con el presidente de gobierno. La mayor parte del país mira cada gesto de Felipe VI y de Pedro Sánchez hace tiempo, y más todavía tras la visita de los dos a Valencia, con las noticias que abundaban en lo que era una percepción y que, ese día, se convirtió en una certeza: la falta de sintonía entre el Jefe del Estado y el Jefe de Gobierno. En la celebración de la Pascua Militar, el acto más solemne de la milicia, el Rey Felipe centró su discurso en su papel de capitán general de los Ejércitos. Exclusivamente.
Fue un homenaje en toda regla a las Fuerzas Armadas y a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, destacando su esfuerzo y su trabajo en misiones dentro y fuera de España y, este año, con un papel clave en la catástrofe de la dana de Valencia. El rescate de las personas afectadas, búsqueda de desaparecidos y, ahora, la reconstrucción de las zonas afectadas. Para el Rey, esa reconstrucción va a ser prioridad en el 2025.
Fue tan evidente el interés del Rey en despolitizar esta Pascua que, cuando se refirió a los acontecimientos relevantes que se van a producir este año, solo mencionó los aniversarios de creación de instituciones, academias y órdenes militares.
Sus frases más contundentes las dedicó a las Fuerzas Armadas de "hombres y mujeres nobles, capaces y comprometidas con el servicio a España", refiriéndose a los militares como "compañeros".
No faltaron los recuerdos y homenajes siempre presentes en sus discursos de la Pascua: a quienes han perdido la vida en acto de servicio, a los que participan en misiones humanitarias, o de defensa y seguridad, en el extranjero; como no ha faltado una mención a los valores militares, tanto los que vienen de antiguo, como los que recoge la Constitución del 78.
Nadie podrá decir que Felipe VI inicia el año con gestos que inducen a polémica. Días atrás se supo que no acudirá al primer acto de los organizados por el gobierno para conmemorar la libertad alcanzada tras la muerte de Franco, actos que llegan con trampa porque lo que pretende el gobierno es sacar nuevamente a la superficie los males del franquismo para contraponerlos a la libertad actual y reabrir así las heridas de las dos Españas que tanto costó cerrar en la Transición. El Rey se ha excusado para ese primer acto, pero no ha cerrado la puerta a acudir a alguno de los programados y podría asistir al que recordará el papel de la Corona en la recuperación de las libertades.
Queda tiempo por delante para ver cómo transcurre el año y cómo va a actuar el Rey ante cualquier acontecimiento. Pero de momento inicia el 2025 cumpliendo estrictamente con lo que marca su agenda: el día de la Pascua Militar el protagonismo, absoluto, es de los militares.