Rafael Barbero

Lo que de verdad importa

Rafael Barbero


En busca del Santo Grial

29/09/2024

Algunos de ustedes recordarán la película Indiana Jones y la Última Cruzada en la que el aventurero (Harrison Ford) y su padre (Sean Connery) superaban todo tipo de obstáculos para encontrar el Santo Grial, cáliz que les concedería el don de la inmortalidad. Pues bien, volvemos del descanso veraniego con ánimos renovados para afrontar un curso en el que muchas de las asignaturas (innovación y digitalización, desarrollo de la economía del hidrógeno, tren directo, crecimiento poblacional…) siguen pendientes. Si bien, y en el transcurso de unos pocos días, recibimos las inesperadas noticias de que tanto el Ayuntamiento de Burgos como la Junta de Castilla y León presentan sus respectivos Planes de Talento, unas propuestas que a pesar de que deberían haber sido lanzadas hace ya lustros vienen a cubrir una importante necesidad cuyos resultados, si se alcanzan, tendrían efectos tan relevantes sobre el futuro de nuestro territorio como los ofrecidos por el citado Grial.

Cuando hablamos de Talento nos referimos esencialmente a Personas con capacidad de aportación a nuestra sociedad, y en ambos Planes los objetivos que se marcan son generar talento en las etapas educativas, especialmente en áreas estratégicas para nuestro territorio, retener o fidelizar talento a través de su inserción en el tejido empresarial y atraer talento de fuera de nuestro territorio con una atractiva oferta profesional y vital que lleve a que un gran número de mortales se asienten en nuestro territorio. Nada más y nada menos. Y como punto de partida ambos sacan pecho, ya sea a nivel regional o local, de los excelentes datos obtenidos por nuestro sistema educativo, así como de la alta competitividad de nuestra economía, lo que de ser realmente diferencial a la hora de desarrollar talento debería haber ofrecido ya unos resultados que hoy, todavía, no vemos.

Es verdad que el Plan de Talento de la Junta de Castilla está mejor estructurado y realiza un diagnóstico de la situación actual que cuenta con un amplio espectro de los actores más relevantes de nuestra comunidad. Asimismo, desarrolla una serie de objetivos estratégicos y planes de acción que, ya existentes algunos y novedosos otros, tratan de estructurar una apuesta transversal de Castilla y León por su futuro comprometiendo para ello casi 350 millones de euros durante los próximos 4 años.

En el caso del Plan de Talento del Ayuntamiento de Burgos encontramos un documento menos argumentado y que tiende rápidamente a centrarse en planes de acción en los ámbitos de la educación, el empleo, el ocio, la vivienda asequible y la calidad de vida. Para ello, y dentro de las limitadas competencias que tiene el Ayuntamiento, se pueden destacar la puesta en marcha de espacios de emprendimiento e innovación digital, el impulso al nacimiento de empresas ligadas a las energías limpias, la promoción del deporte y la gastronomía y el crecimiento de la oferta cultural, así como de espacios verdes, entre otras varias. Y tiene un lugar destacado, tanto a nivel de número de planes como de dotación presupuestaria, su apuesta por construir vivienda para alquiler asequible.

Yo soy un convencido de la planificación estratégica ya que si no defines dónde quieres ir difícilmente llegarás. Y en este caso la presentación de ambos Planes ya está generando muchas opiniones, positivas unas y críticas otras, que al menos deben permitir mejorar los mismos. Por tanto, mi enhorabuena a ambas administraciones por la iniciativa. Si bien, también tengo claros tres conceptos sin los cuales estos planes difícilmente tendrán un efecto importante en nuestro territorio y que son Coordinación, Gestión y Ambición.

En lo relativo al primero, nada tiene que ver la situación de Salamanca, con una Universidad capaz de formar a 30.000 estudiantes anualmente, de los cuales 7000 proceden de otros países, pero que no tiene la estructura industrial y de servicios necesaria para retenerlos; que la de Burgos, con una posición radicalmente opuesta. Así que es necesario articular una clara coordinación entre el Plan de Talento regional y los de cada localidad si realmente pretendemos que los éxitos lleguen a todos los rincones de nuestra comunidad.

Tan importante o más que la coordinación es la gestión o implantación que se realicen de estas iniciativas. Por muy bien definidos que estén los Planes a llevar a cabo, si no se ejecutan adecuadamente apenas se notarán sus resultados. Y en lo que a gestión se refiere, las capacidades se encuentran radicadas en el ámbito privado mucho más que en el público. Es por esto que, aunque los Planes de Talento sean lanzados por los líderes de nuestras administraciones, su gestión y supervisión debería ser llevada a cabo por personas de reconocido prestigio en la gestión privada. Esto que ya ha funcionado en otros territorios (léase la estrategia de innovación del País Vasco), permite primero desarrollar una gestión de medio y largo plazo que maximice los logros, algo de lo que la administración carece por falta de acuerdo político, así como conseguir una eficiencia clara en los recursos utilizados.

Y por último, y no por ello menos relevante, los Planes de Talento deberían ser más ambiciosos. La apuesta por mantener en nuestro territorio a la mayor parte de los nacidos en el mismo y, sobre todo, por atraer a personas de otros lugares, se debe basar en definir una identidad territorial muy reconocible y atractiva a la hora que se genera una oferta laboral y vital imbatible. Aquellas zonas que pusieron el listón muy alto son hoy ejemplos de éxito (Málaga, Bilbao, Zaragoza, …). Y dado que nuestra inmortalidad depende de ello nosotros no podemos ser menos.