Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


La ausencia del Rey

09/12/2024

Es difícil comprender la ausencia del Rey, o de los Reyes, en la ceremonia de reapertura de la catedral de Notre Dame de París. Un monumento que trasciende a la cuestión religiosa, con unas connotaciones históricas, culturales y artísticas que explican la conmoción que se vivió en Francia tras el pavoroso incendio que sufrió hace cinco años.

Su reconstrucción en tan breve espacio de tiempo en la que se respeta la identidad y majestuosidad de siempre, incorporando nuevas fórmulas de luminosidad y color, la mantienen como uno de los símbolos de Europa. La prueba es que a la ceremonia solemne de su reapertura acudieron medio centenar de dignatarios de todo el mundo, incluidos gobernantes de países en los que rigen otras religiones. Además del presidente y anfitrión Enmanuel Macron, el presidente electo de Estados Unidos, Trump, y la esposa del presidente Biden, varios jefes de Estado y gobierno europeos, entre ellos Scholz y Zelenski, los Reyes de los belgas, el príncipe heredero del Reino Unido, los expresidentes de Francia … Un largo etcétera en el que no faltó la sociedad civil, con especial homenaje a los bomberos que arriesgaron su vida para apagar el incendio.

En un acto de tanto relieve sorprende la ausencia de la Casa Real española, que además no ha dado explicaciones. Sin embargo, el Elíseo sí había informado sobre la invitación cursada a los Reyes españoles y al gobierno. Moncloa designó al ministro Cultura como representante -elección que demostraba claramente que el gobierno no tenía el menor interés en asistir-, y el propio Urtasun advirtió que tenía previsto viajar a París.

El silencio de la Casa del Rey sobre todo lo relacionado con la ceremonia de reapertura de Notre Dame ha provocado sorpresa… y confusión. Por las excelentes relaciones que han mantenido y mantienen los Reyes españoles con Francia, y porque D. Felipe muestra una especial sensibilidad hacia todas las celebraciones de la iglesia y sabe perfectamente lo que significa Notre Dame para Francia y para la religión católica. Por no mencionar que para el Rey se abría una oportunidad única, tanto en la ceremonia como en el posterior almuerzo en el Elíseo, de cambiar impresiones con algunos de los dignatarios más importantes del mundo.

Si existían razones de fuerza mayor que impedían acudir a la celebración, tenía el Rey en su mano la posibilidad de pedir a la Reina Sofía que le representara en París, o incluso a la Princesa Leonor. Tanto una como otra habrían cumplido su papel de forma impecable impidiendo así el debate sobre una ausencia que para gran parte de españoles ha sido incomprensible.

Algunas fuentes han apuntado que los Reyes necesitan la autorización previa del gobierno para acudir a un acto de Estado fuera de España. Es cierto, pero cuesta creer que en este caso Pedro Sánchez haya impedido esa cita. Si fuera así, hay que insistir en que cuesta creerlo, convendría que la Casa del Rey lo confirmara.

Porque en esta ocasión la ausencia de los Reyes tiene poca justificación.