Elena García

Tribuna sanitaria

Elena García


Y se echa la niebla...

02/10/2024

Odio la niebla, sobre todo cuando está en la carretera y tengo que atravesarla con el coche. No sé, pero creo que es un trauma de juventud por una situación peligrosa que tuve que afrontar en un puerto de montaña. He intentado curarme, pero cuando sucede, sigo sintiendo cierto estrés desagradable.

Sin embargo, verla desde lo alto de un valle pegada a un río, o desde el puerto borrando los barcos, puede resultar hasta hermosa y bohemia….
Pero no me voy a centrar en este evento meteorológico, aunque también tiene un efecto sobre la salud, sobre todo la respiratoria.

Hablemos sobre la niebla mental, concepto que tanto se escucha ahora y sobre todo desde la pandemia por covid 19. Y es que a esta infección se le atribuye como posible causante, aunque no está demostrado. También se relaciona con muchas otras alteraciones o incluso situaciones o momentos vitales con cambios hormonales, como la menopausia, el embarazo, las situaciones de ansiedad y depresión, el estrés crónico, la falta de sueño, los hábitos de vida poco saludables, o algunos medicamentos o tóxicos, pero, en fin, todo bastante inespecífico y por tanto difícil de identificar y de abordar.

Quien lo sufre puede sentir alguno de estos desagradables síntomas: dificultad para concentrarse y confusión mental que nos hace sentir desorientados y confundidos; la información parece borrosa en nuestra mente y nos cuesta procesarla correctamente; problemas de memoria, ya sea de información reciente o eventos pasados; pensamiento lento para tomar decisiones y responder a situaciones; sensación de neblina en la mente; fatiga mental, y dificultad para encontrar las palabras adecuadas para expresarnos; incluso falta de motivación y de interés en las actividades que solíamos disfrutar; y en ocasiones, dolores de cabeza.

Aunque no se trate de un problema grave, puede repercutir negativamente en la salud de la persona que lo sufre. Si es así, será útil consultarlo. Y, sobre todo, solicitar ayuda para afrontarlo, ya sea recibiendo terapia o con las herramientas de autocuidado necesarias. Además, hay que descartar otros procesos neurológicos relevantes.

La vida tiene distintos momentos y puede que no siempre estemos en nuestra versión mas brillante. Pero hay que escucharse porque nuestro cuerpo tiene información y nos habla siempre sobre nosotros. Como dice mi profesora de yoga, que es una mujer maravillosa que me entrena cuerpo y mente, yo os doy instrucciones, pero tú tienes que escuchar a tu cuerpo hoy y agradecer lo que te da, y pedirle lo que necesitas.

Pongamos en valor una vida ordenada que dé importancia a las cosas bien hechas, pequeñas y cotidianas, y que nos aleje de la sobrecarga de estímulos, exigencias y de la temida multitarea. Algunos psicólogos proponen realizar una actividad manual y física, que requiera nuestra concentración y el uso del cuerpo, en concreto de las manos, mientras disfrutamos de lo que hacemos: bricolaje, costura, trabajar la huerta, pintar, cocinar… Encuentren su oasis de paz mental.