Ilia Galán

LA OTRA MIRADA

Ilia Galán

Poeta y filósofo


Juzgarse sin juzgados

09/03/2025

«Queridos jóvenes, pues ya habéis realizado el dictado, es hora de señalar vuestros errores.» Con sorpresa, en vez de solicitar que pasásemos el texto a nuestro compañero, que lo iría corrigiendo y marcando las faltas ortográficas -con cierta condescendencia y arreglando los fallos del amigo, si realmente lo era-, pues tal era la costumbre, ordenó que lo corrigiéramos nosotros mismos, para luego solicitarnos el resultado, evaluándonos. Buena parte de la clase retocó el texto originario que después tuvimos que entregar. Cuando era muchacho se experimentó con la idea del buen salvaje, importada de Francia, gracias a Rousseau, y algunos intentaron adaptarla a nuestra educación, al poco de las revueltas de mayo del 68 y la moda hippy. Pero no somos puros por naturaleza, basta mirar a los niños cuando comienzan a hablar y después de papá o mamá aprenden el significado «mío»: el egoísmo es natural, como también pegar a quien te molesta si uno es más fuerte. La educación y la razón nos van educando para canalizar los ríos impetuosos de nuestras tiernas y a veces feroces pasiones; generaciones pasadas lo denominaban pecado original. La genética marca nuestras venas, como a otros primates, basta compararse. El hombre es un animal social pero también compite y lucha, sea por el poder, por la posesión o la reproducción.
Por eso la justicia, como un poder independiente, es esencial en cualquier sociedad, si realmente quiere evolucionar y erradicar los males, la corrupción, porque con nosotros mismos somos muy comprensivos, demasiado, y nos justificamos fácilmente. Si esto sucede con quienes pretenden ser buenos, ¡cuánto más con los perversos! El aserto evangélico de «no juzguéis y no seréis juzgados» afecta a la esfera personal, porque es muy difícil conocer la motivación del otro dentro del laberinto de su conciencia. Pero esto no ha de aplicarse al sistema político. Ahí contemplamos cómo el presidente del gobierno parece favorecer a su mujer escandalosamente, apoyándola para que consiga una cátedra sin estar cualificada para ello, enriqueciéndose, lo mismo que sucede con muchos asuntos estatales. Diríase que se está desmembrando para mantener en sus cómodos sillones a los miembros del gobierno, bastante corrupto, según estamos descubriendo. 
La Comisión Europea exige al poder ejecutivo, dirigido por Sánchez, que terminen los ataques a los jueces, porque el desprestigio crece si rompemos la credibilidad en las instituciones fundamentales. Europa muestra así que esto es «gravísimo e inaceptable». Sin separación de poderes no hay una justicia libre, es decir, justa. Cada uno, su función, y quienes lo han hecho mal tienen que ser apartados de su putrefacto ejercicio.
Hemos entrado en la cuaresma, un tradicional periodo de reflexión y penitencia, pero para eso hay que revisar la conciencia, sin embargo, el poder no parece propicio a la crítica ni a mirarse en el espejo pues ve ostentosamente sus defectos.

ARCHIVADO EN: Naturaleza, Genética, Francia