Venus, diosa del amor, la belleza y la fertilidad en la mitología romana es la equivalente a Afrodita en la mitología griega, quien tuvo numerosos amantes mortales e inmortales, e hijos con varios dioses del Olimpo. La asociación entre la sexualidad y la diosa originó que las enfermedades adquiridas mediante esta vía se denominaran venéreas, y actualmente las conocemos como infecciones de transmisión sexual (ITS). Según informa la OMS, cada día más de un millón de personas entre 15 y 49 años contrae una ITS.
El día 1 de diciembre se celebró el día mundial del SIDA, en referencia a la fecha en la que se diagnosticó el primer contagio. Han transcurrido más de 40 años y el curso de la enfermedad ha sufrido un importante cambio por los tratamientos antivirales actuales, traduciéndose en una capacidad de contagio prácticamente nula y una buena calidad de vida. Desde al año 2013 la tasa de nuevos diagnósticos de VIH disminuye de forma constante. La vía de transmisión más frecuente del VIH es la sexual (80,7%), estando en relación con el ascenso progresivo en los últimos años de las principales ITS: gonococia, chlamydia y sífilis. Según datos de la OMS, más de 300 millones de personas contraen infecciones por estos gérmenes a lo largo de un año.
Siguiendo recomendaciones de este organismo, España puso en marcha el Plan de Prevención y Control de la infección por el VIH y las ITS 2021-2030, cuyo objetivo es eliminar estas infecciones como problema de salud pública en el año 2030. Para alcanzarlo se debe realizar un plan integral basado en la prevención, el diagnóstico precoz, el tratamiento adecuado, y la atención continuada.
Parece insuficiente la información y la comunicación para modificar los comportamientos sexuales. El conocimiento sobre los medios para evitar la transmisión y el contagio de las ITS, no se traduce en cambios en las conductas sexuales. La falta de una buena educación en salud sexual y reproductiva podría justificar la dificultad para rectificar las conductas de riesgo.
El estigma y el tabú en relación a la adquisición de estas infecciones tampoco favorecen las consultas, a pesar de que un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado de corta duración logran la curación completa. Además, es fundamental romper la cadena de transmisión infecciosa contactando con los posibles contagios, previos y posteriores, aunque la revelación de esta información genere incomodidad.
El impacto de las ITS en la salud es alto. Algunas incrementan el riesgo de dolor pélvico crónico, esterilidad, y algunos cánceres, además de facilitar la infección por el VIH. Las hepatitis crónicas pueden evolucionar a cirrosis y cáncer hepático. La sífilis puede afectar a múltiples órganos, y ocasionar lesiones graves e irreversibles en fases avanzadas.
Hay días que nos ayudan a reflexionar sobre el riesgo de adquirir una ITS, pero el riesgo está presente todos los días, y tenemos la capacidad de modificarlo. No estamos en el Olimpo de los dioses, ni sometidos a los castigos de Zeus. Los dioses terrenales tenemos otros riesgos, y otras preocupaciones, lamentablemente, mayores y reales.