Isa Martín López

Plaza Mayor

Isa Martín López


Depresión posvacacional

09/07/2024

Aunque muchos de ustedes aún no hayan empezado a disfrutar de su descanso estival, yo soy de esas que ya está de regreso. Y, una vez más, me vuelve a pasar lo mismo. Otra vez, depresión posvacacional. No crean que es por la vuelta al tajo, que eso casi se agradece para romper con la rutina del descanso, sino por el choque visual que supone dejar el lugar de veraneo para retornar a casa, en mi caso, a Aranda de Duero. 

Repaso la galería de fotos tomada en mi ruta vacacional y me fijo en el paisaje urbano, en el segundo plano, en las paredes que hay detrás de los protagonistas humanos de estas instantáneas. Y las comparo con lo que veo nada más salir a la puerta de mi casa, en un pequeño paseo por las calles habituales de mi ciudad. Si esto fuera un pasatiempo de encuentre las diferencias, la primera es más que obvia: las pintadas, inexistentes en todos y cada uno de los municipios que he visitado estos días, que no han sido pocos, y omnipresentes en cuanto se pisa territorio arandino.

Presumimos de que Aranda es la capital de la Ribera del Duero, de nuestra gastronomía, de nuestras bodegas, de nuestro patrimonio... pero para poder disfrutar de todo eso, los visitantes tienen que someter su retina a un bombardeo de borratajos de todos los colores, formas y tamaños en paredes, papeleras, farolas, bancos... donde haya un par de centímetros manchables, ahí que se ceban los terroristas del espray o el rotulador. No me refiero a murales y grafitis de calidad, me refiero al acto vandálico de la evolución del 'tonto el que lo lea' o 'Fulanito estuvo aquí', en la que el que es tonto es el Fulanito autor de esas pintamonas.

A quien corresponda: Guerra sin cuartel a las pintadas con mayores multas y más labores de borrado de estos atentados visuales.