El lamentable estado de la línea también queda acreditado en cualquiera de los detalles que rodean los emplazamientos de las estaciones.   / PATRICIA
El lamentable estado de la línea también queda acreditado en cualquiera de los detalles que rodean los emplazamientos de las estaciones.   / PATRICIA
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La estación de Villagonzalo-Pedernales está desventrada, como si acabase de ser bombardeada.

Patricia

La estación de Lerma, una de las más importantes de la línea, se encuentra tapiada para evitar que accedan a ella los vándalos. Aunque da bastante igual: está hecha una ruina.

Patricia

La única huella que queda de la antigua terminal de la localidad ribereña de Gumiel de Izán.

Patricia

Restos de un suelo ajedrezado que perteneció a la estación de Fontioso-Cilleruelo.

Patricia

Resto que permanece en el entorno en el que se ubicó el apeadero de Fontioso-Cilleruelo.

Patricia

El lamentable estado de la línea también queda acreditado en cualquiera de los detalles que rodean los emplazamientos de las estaciones.

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Topera ubicada en Villamayor de los Montes. Este es uno de los pocos restos visibles de que señalan que una vez hubo allí un apeadero del ferrocarril Directo Madrid-Aranda-Burgos.

Patricia