El Grupo Nicolás Correa va a apostar fuerte por la movilidad eléctrica y las energías renovables dentro de su nuevo proyecto de diversificación «radical», como lo define su presidente, José Nicolás Correa. Sin olvidar su apuesta por la fabricación de la máquina-herramienta para la industria 4.0, el grupo burgalés se encuentra actualmente en proceso de pruebas de un prototipo de cargador rápido de vehículos eléctricos para ser instalado en la red de carreteras, electrolineras y centros comerciales, entre otros espacios públicos.
Se trata de un proyecto de I+D gestado hace cinco años por el propio presidente de la compañía, José Nicolás Correa, que se muestra un firme defensor de la transición energética hacia las renovables para luchar contra el cambio climático. En este proyecto personal están colaborando ahora la Universidad de Burgos y el Centro Tecnológico de Miranda de Ebro. La iniciativa cuenta también con la aprobación por parte del Ministerio de Industria.
«Actualmente estamos concluyendo los trabajos para valorar la viabilidad técnica del cargador, su funcionamiento, y la idea es empezar las gestiones comerciales en las próximas semanas para ver si hemos acertado desde el punto de vista económico», explica Nicolás Correa, quien aboga por la prudencia hasta que no concluya el proceso de desarrollo del prototipo.
Partiendo de estas precauciones, ya adelanta que el éxito de este proyecto implicaría la construcción de una fábrica exprofeso que se ubicaría, confirma, en Burgos. «Estamos hablando de un producto destinado al gran consumo, que requeriría la fabricación de muchas unidades».
El cargador eléctrico de Nicolás Correa surge en un contexto de incertidumbres y barreras para la generalización del vehículo impulsado con electricidad en España. Una de ellas, explica Nicolás Correa, es la autonomía de las baterías; otra, el precio de los automóviles; y, en tercer lugar, la falta de puntos de recarga. «Hay que lograr que nadie tenga la preocupación por la falta de puntos de suministro para recargar las baterías de su coche. Son necesarios muchos puntos de recarga disponibles y en un tiempo razonablemente corto».
Nicolás Correa insiste en el motor de esta revolución en la movilidad no serán tanto las restricciones al tráfico, que ya se están produciendo en las grandes capitales, sino el cambio de mentalidad del consumidor, que no aceptará contaminar mientras se desplaza conduciendo. «Nuestros nietos dirán que su abuelo llevaba un coche que tenía un tubo de escape por el que salía humo que respiraban los peatones. Lo contarán como una anécdota...».
competencia. Lógicamente, Nicolás Correa no es el primero ni el último grupo industrial que desarrolla cargadores eléctricos. «No es un tema fácil porque es un mercado de grandes actores en el mundo pero vamos a buscar nuestro nicho, solos o en colaboración».
El futuro inmediato, reflexiona el empresario, pasa por la venta de cientos de miles de cargadores y con crecimientos en este mercado de un 35% anual, un margen en el que caben iniciativas como la de Nicolás Correa. «En China se estima que en los próximos años se van a instalar 5 millones de cargadores para coches. Países como Noruega, muy adelantados en este ámbito, muestran el espectacular incremento de eléctricos con respecto a los híbridos y no digamos de los de combustión».