El barrio de Santa Catalina pide más presencia policial

I.M.L.
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Los vecinos y comerciantes se quejan de actos vandálicos, venta y consumo de drogas, botellones, peleas callejeras y alteraciones del descanso nocturno

Los presidentes de la asociación de vecinos (i.) y de los comerciantes (d.) se reunieron con los responsables policiales. - Foto: DB

Más seguridad en el barrio de Santa Catalina para mejorar la convivencia en la zona más multicultural de la capital ribereña. Esa es la petición principal que trasladaron a los responsables de la Policía Nacional en Aranda el presidente de la asociación de vecinos y el de la de comerciantes del barrio, en una reunión en la que también participaron el secretario y la vicepresidenta de sendos colectivos.

Desde el punto de vista de los comerciantes, su presidente, Juan Carlos Quintana, trasladó la sensación de inseguridad de algunos negocios. «Estamos de cara al público y eso hace que nos sintamos más inseguridad, porque no deja de haber peleas, droga, delincuencia,...», enumeró Quintana, que reconoció que «ahora en el barrio se está seguro, hay mucha presencia policial para reforzar esa sensación y eso hace que no haya tanta delincuencia». Aún así, la petición que hicieron es que esa presencia policial no se reduzca y, en la medida de lo posible, se incremente para reforzar la línea positiva que está tomando la convivencia en esta zona arandina, que es la que más presencia multicultural tiene debido al gran porcentaje de población inmigrante que acoge.  

«Hemos querido poner sobre la mesa los temas que afectan a la seguridad ciudadana y convivencia vecinal del barrio para que conociendo el problema se puedan adoptar medidas que puedan facilitar las soluciones», resumió Antonio Adeliño Velez, presidente del colectivo vecinal, que reconoció que muchos de los puntos tratados ya estaban en la agenda de inspectores policiales. El listado de problemas engloba la venta y consumo de drogas, los botellones en espacios públicos, las peleas callejeras, los actos vandálicos como quema de contenedores o pintada de fachadas, y la alteración del descanso nocturno con fiestas en viviendas o carreras de vehículos.

Un barrio vivo. Los representantes del tejido social y comercial del barrio de Santa Catalina recalcaron que es una zona donde se vive bien y que los proyectos llevados a cabo en los últimos tiempos, como el pintado de grandes murales, ayudan a dar una imagen de que hay «un proyecto de barrio que está vivo». 

Después de esta reunión de trabajo, que ambos calificaron como muy constructiva, los participantes se emplazaron a volver a convocarse dentro de tres meses para evaluar los progresos y modificar aquellas estrategias que no estén dando el resultado buscado.