Las consecuencias de la pandemia frenaron el curso pasado la salida de universitarios de la UBU al extranjero, lo que mismo que la llegada de estudiantes internacionales. La demanda de los primeros para el próximo ejercicio académico se ha recuperado mejor de lo previsto y se sitúa en niveles anteriores a la crisis, con 467 plazas adjudicadas, si bien los datos provisionales respecto a los segundos revelan una mayor ralentización.
Un total de 161 alumnos procedentes de 15 países han solicitado continuar sus estudios superiores en el campus local, frente a los 251 que lo hicieron al inicio del periodo 2019-2020, aunque la covid cambió sus planes a mitad de curso. Sin embargo, se trata de una cifra superior a la de 2020-2021, cuando formalizaron la petición 129, pero 67 la cancelaron después, con lo que solo se quedaron 62.
La mayoría de los estudiantes extranjeros permanecerá en la Universidad de Burgos el primer semestre y pertenecen, principalmente, al programa europeo Erasmus de movilidad internacional. Por países, Italia se sitúa a la cabeza con 64, seguida de Francia (20) y Portugal (14), aunque también llegarán pero en menor medida de Alemania, Turquía, Polonia, Reino Unido o República Checa. En el listado facilitado por la institución académica llama la atención México, con 26 alumnos, que aterrizarán en el campus a través de los convenios propios de UBUGlobal, que incluyen campus de Latinoamérica, Estados Unidos y Asia.
El dato final se confirmará más tarde cuando formalicen su matrícula, si bien la vicerrectora de Internacionalización, Ileana Greca Dufrac, lo valora de forma positiva porque implica una «recuperación», que considera que se completará en el curso 2022-2023. No obstante, reconoce que esa atracción va «poco a poco» y que aún no se han alcanzado las cifras anteriores a la crisis sanitaria, que oscilaban entre los 250 y 300, destacando en este punto que los universitarios latinoamericanos «no se van a movilizar porque la situación sigue siendo compleja», además de que en Europa «aún hay dudas».
Dufrac confía en esa reactivación debido a la implementación de los nuevos programas Erasmus 2021-2027, que incluirán novedades como la posibilidad de combinar la docencia online con estancias cortas presenciales en distintos campus. «Esto supone un mayor acceso a la internacionalización, tanto para los alumnos de la UBU como para los que vienen de otros países», subraya, apostillando que «muchos no pueden estar fuera durante un semestre entero por motivos económicos o familiares» y de esta forma se amplían sus opciones de hacerlo.
La responsable académica destaca que la reactivación de la movilidad se ha dado más entre los estudiantes de la institución burgalesa que entre los internacionales. «Cada país se maneja de forma diferente con las expectativas y los hay muy prudentes. Nosotros intentamos que puedan hacerlo con la mayor seguridad», explica, haciendo referencia a la vacunación de estos alumnos, que solicitó el rector, Manuel Pérez Mateos, a la Consejería de Sanidad, y que tuvo lugar a primeros de julio.
Intercambio en casa. Por otro lado, Dufrac avanza que la Universidad de Burgos se ha sumado al programa Internacionalización en casa, nacido en Nueva York (Estados Unidos) y que hoy en día reúne a universidades de todo el mundo. Se trata de una iniciativa que busca la colaboración internacional online, de tal manera que estudiantes de dos o más campus y países diferentes aprendan de «una manera global empleando para ello las herramientas digitales existentes».
Su metodología consiste en que lo profesores de cada institución colaboran de manera «flexible para determinar la temática, el formato, la duración de la sesión, así como la cantidad de estas que se desarrollarán durante un periodo de entre tres y seis semanas», mientras que los estudiantes «trabajan de manera estrecha para cumplir con los objetivos y tareas propuestas por los docentes».